El presidente Nicolás Maduro podrá estar pasando apuros para alimentar a los venezolanos, pero aun así su gobierno socialista donó $500 mil a la ceremonia de investidura de Donald Trump, de acuerdo a registros dados a conocer el miércoles. Los registros del comité de investidura que presentó la Comisión Federal Electoral muestran que Citgo Petroleum, la filial estadounidense de la petrolera paraestatal venezolana PDVSA, fue uno de los mayores donantes empresariales para los eventos que rodearon la ceremonia de juramentación. Su donativo fue superior al de algunas empresas gigantes estadounidenses como Pepsi ($250 mil), Walmart ($150 mil) y Verizon ($100 mil), y comparable a las de JP Morgan Chase y Exxon, que también aportaron medio millón de dólares cada una. Bank of America realizó una contribución de un millón de dólares. Pese a las acusaciones de Maduro de que Estados Unidos intenta derrocarlo, el mandatario ha sido cauteloso de no enemistarse con Trump, quien recientemente incrementó sus críticas contra el gobierno de Venezuela. En febrero, Trump se reunió en la Casa Blanca con la esposa de un líder de oposición venezolano encarcelado, y el martes el Departamento de Estado emitió un comunicado en el que condena la violencia contra los manifestantes en la nación sudamericana. “Aquellos responsables de la represión criminal a la actividad democrática pacífica… tendrán que rendir cuentas de manera individual por sus acciones ante el pueblo venezolano y sus instituciones, así como ante la comunidad internacional”, se indica en el comunicado. Decenas de miles de venezolanos salieron el miércoles a las calles para manifestarse contra Maduro y exigir nuevas elecciones, al denunciar lo que consideran un descenso constante hacia el autoritarismo, aunado a acuciantes problemas económicos que incluyen una inflación de tres dígitos, el extenso desabasto de alimentos y el incremento en la violencia. La nación sudamericana cuenta con las mayores reservas de crudo del mundo y en algún momento gozó de una economía en auge, pero esas épocas son un recuerdo lejano para los venezolanos, que acusan a Maduro de despilfarrar la riqueza petrolera del país. Recientemente, PDVSA ofreció una participación de casi el 50% en Citgo como garantía para recibir un préstamo de 1.500 millones de dólares de parte de la empresa rusa Rosneft. El acuerdo fue objeto de críticas por parte de legisladores republicanos, a los que les preocupa que una falta de pago por parte de Citgo le permita al presidente ruso Vladimir Putin obtener un sitio firme en la industria petrolera estadounidense. “Estamos extremadamente preocupados de que el control de Rosneft en uno de los principales abastecedores de energía a Estados Unidos represente una amenaza grave para la seguridad energética estadounidense”, escribieron seis senadores en una carta dirigida al Departamento del Tesoro el 4 de abril.