Al grito de “¿Quiénes somos? ¡Venezuela! ¿Qué queremos? ¡Libertad!”, miles de mujeres con camisetas blancas marcharon el sábado por la principal autopista de Caracas, donde permanecieron casi cuatro horas en la protesta más reciente contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Las manifestantes, que portaban flores blancas y carteles con la leyenda “no + represión”, golpearon ollas, se quitaron las camisetas blancas y cantaron el himno nacional. Algunas iban provistas de lentes para nadadores y máscaras de pintores con el fin de protegerse de los gases lacrimógenos y las balas de goma.
Las mujeres intentaron desplazarse por una avenida del norte de la ciudad hacia el ministerio de Relaciones Interiores, pero como ha sucedido casi todos los días desde hace cinco semanas, cientos de efectivos policiales con equipos antimotines les cerraron el paso. Los choques entre la policía y los manifestantes han dejado una treintena de muertos en las últimas semanas.
Varias miles se desviaron hacia la principal vía rápida para tratar de acceder al centro de la ciudad por allí, pero camiones antimotines y varios centenares de guardias nacionales les bloquearon el paso. Tras permanecer casi cuatro horas apostadas en la vía, las opositoras se retiraron de forma pacífica.
Algunas manifestantes se acercaban a los guardias nacionales para ofrecerles flores e invitarlos a sumarse a la causa.
“¿Qué les dirás a tus chicos más adelante?”, les preguntó una mujer, mientras que otra les gritó: “¿y ustedes no están pasando hambre como nosotras?”
“Hemos estado en las calles cinco semanas y estamos dispuestas a estar más semanas si es necesario porque necesitamos salir de esto. Todos queremos que Maduro se vaya porque estamos cansados de la inseguridad, de hacer tantas colas, de no conseguir medicinas, alimentos ni papel higiénico. Ya no lo queremos”, afirmó Belquis Laguada, una administradora de 54 años, mientras caminaba por la principal vía rápida de la capital y levantaba con sus manos una bandera venezolana.
Por otra parte, medios locales difundieron un video que circulaba en las redes sociales en el que aparece gente mientras derriba una estatua del difunto presidente Hugo Chávez en el estado occidental de Zulia. La prensa local informó que fue obra de estudiantes durante una movilización de protesta de mayor tamaño el viernes.
En respuesta a la marcha opositora, el gobierno realizó a una movilización de centenares de mujeres oficialistas en el centro de la ciudad.
El ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, rechazó el viernes en la noche los señalamientos de que los cuerpos de seguridad se han excedido en el control de las protestas, tal como han denunciado la oposición y organizaciones humanitarias, y dijo que los militares solo actúan cuando las fuerzas policiales no pueden controlar la situación.
Padrino López dijo en una entrevista en la televisora estatal que Venezuela enfrenta una “guerra no convencional”, y que hay “grupos terroristas” que son financiados internamente para atentar contra la paz del país.
El ministro no mencionó la denuncia que realizó el dirigente y excandidato presidencial Henrique Capriles de que 85 oficiales fueron detenidos por expresar su desacuerdo con la actuación de la fuerza armada en la represión de las protestas.
La presidenta de la organización local Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, Rocío San Miguel, expresó que no tiene ninguna información sobre la detención de oficiales, pero sostuvo que los jefes de la Guardia Nacional en los estados centrales de Carabobo y Cojedes fueron relevados de su cargos recientemente en medio de la tensión generada por las protestas callejeras.
San Miguel dijo a The Associated Press que la remoción de esos altos oficiales es “completamente inusual” porque los cambios en la estructura de la fuerza armada suelen darse entre los meses de julio y agosto, y agregó que los relevos tal vez tuvieron que ver con que “no acompañaron la línea de represión” de las protestas.
En medio de las tensiones generadas por las manifestaciones, la comisión presidencial para la Asamblea Nacional Constituyente sostuvo la víspera reuniones en el palacio de gobierno para avanzar en el proceso que activó Maduro esta semana para redactar una nueva Constitución que reemplace a la que está vigente desde 1999. La Conferencia Episcopal Venezolana se unió a las voces que han rechazado el proceso constituyente y dijo en un comunicado que la reforma a la carta magna es “peligrosa” para la democracia venezolana.