Miles de manifestantes tomaron el domingo las calles de Moscú para protestar contra una iniciativa de ley para derribar edificios de apartamentos de la era soviética.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes y parejas de mediana edad, se reunieron en una calle céntrica para protestar contra uno de los mayores proyectos de reconstrucción de Rusia, el cual considera la demolición de barrios completos de viviendas prefabricadas de la era soviética que fueron construidos durante el régimen de Nikita Khrushchov y que llevan su nombre.
El ayuntamiento ha insistido en que los edificios, conocidos como “khrushchovki”, están demasiado deteriorados y obsoletos, mientras que muchos residentes y activistas ven los planes como un ardid para construir rascacielos en algunos de los barrios más arbolados de Moscú.
La Duma se apresuró a aprobar la primera lectura de un proyecto de ley sobre la demolición en Moscú el mes pasado, lo que obligará a los residentes de las manzanas consideradas por el ayuntamiento como desvencijadas a abandonar sus apartamentos a cambio de otra vivienda. Ante una creciente crítica, el presidente parlamentario sugirió posponer la segunda lectura para realizar un debate púbico.
Con carteles que decían “¡No a la demolición de la Constitución!” y banderas de sus barrios, los moscovitas afectados gritaban “¡Renuncia!” al alcalde de Moscú. La policía calculó que aproximadamente 5.000 personas participaron en la manifestación, mientras que voluntarios del grupo White Counter, que asisten a manifestaciones de oposición para proporcionar cifras independientes sobre asistencia, dijeron que participaron en la protesta poco más de 20.000 personas.
Alexei Matveyev, un empleado bancario de 36 años de un barrio del norte de Moscú, portaba un cartel que decía “No a la violación de la Constitución y de la ley de propiedad”. Dijo que la iniciativa de ley bajo discusión es apresurada y desdeña los intereses de los residentes.