0 of 16
Tras diagnosticársele un cáncer terminal, la estadounidense Brittany Maynard afirmó que terminaría con su vida. El anuncio se concretó la noche del 1 de noviembre. Una vida que vivió en plenitud.
Así lo registró su obituario, que se puede ver en su página web, BrittanyFund.org: “En su fase de enfermedad terminal y dolor, Brittany escogió vivir cada día como si fuera el último. Viajó, y se mantuvo físicamente activa y ocupada en la medida que pudo”.
PUBLICIDAD
Nació en 1984. Se graduó de la Universidad de Berkeley y tuvo una maestría en Educación. “Ella creía en la compasión y la igualdad”, dice su obituario. Por esta razón enseñó en orfanatos en Katmandú, Nepal. También viajó al Sudeste asiático y trabajó en países como Costa Rica y Tanzania. Y este amor que prodigaba tanto a sus amigos como a las demás personas también lo transmitió a los animales. De hecho, tenía dos perros, y siempre trataba de ayudar a mascotas perdidas a hallar hogar. Era voluntaria en una organización de rescate de perros antes de que la diagnosticaran de cáncer.
También fue una mujer aventurera. Escaló el monte Kilimanjaro (África) y aprendió a escalar en los montes Cayambe y Cotopaxi, en Ecuador. También buceó en las islas Galápagos, Caimán y en Zanzíbar. Nunca dejó de hacer las cosas que más le gustaban. Luego de que le dijeron que tenía pocos meses de vida, se fue a escalar en los campos de hielo de Alaska, en los meses de sol. Lo hizo con su mejor amiga.
Brittany se casó con su mejor amigo, Dan Díaz, cinco años después de conocerse. Salieron en 2007 y en 2012 sellaron su unión. En sus redes sociales se puede ver lo felices que fueron. Salían a caminar juntos y se apoyaban en todo. Era bastante amada por su familia y amigos, que siempre la describieron como una mujer “generosa”.
Cuando le diagnosticaron el cáncer que terminaría matándola en poco tiempo, de manera agónica y dolorosa, decidió mudarse a Oregon, a una pequeña casa. Allí su caso se hizo famoso y dio entrevistas a grandes medios en Estados Unidos y Reino Unido para hablar de su decisión de morir dignamente, cosa que hizo ayer en la noche. Le sobreviven su esposo, la familia de este, su madre y su padrastro, que siempre la apoyaron en su decisión de morir.
“Es la gente la que debe hacer una pausa para apreciar la vida y dar gracias por ser felices. Si cambiamos nuestros pensamientos, cambiamos nuestro mundo. Amor y paz para todos“, expresó Maynard en su despedida, que se puede leer, así como su obituario, en su página web.
Vea también estas notas:
