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Alejandro García Padilla: “No estoy planteando arbitrios”

Preguntas rápidas ¿Dónde pasará la Navidad? “En familia. Creo que en casa de mi mamá, pero no está definido”. ¿Qué pidieron sus hijos a Santa Claus y los Reyes? “Varias cosas. Pidieron juguetes, música —les gusta el rock de los ochenta—, patines, ese tipo de cosas. Para los Reyes, todavía no me han dado su listita”. ¿Qué pidió usted? “Sí. Pedí un tocadiscos. Tengo algunos discos que conservo y no tengo dónde ponerlos”. ¿Dónde despedirá el año?. “De viaje. Todavía no hemos decidido [a dónde]”. ¿Desde cuándo no monta a caballo?. “Como desde agosto. Antes de estar en DACO, iba todos los sábados. Cuando estaba en DACO, iba dos veces al mes. Ahora no voy desde agosto. Mi caballo se llama Maximiliano del Chubasco. El de Juan Pablo se llama Piragua, y la yegua de Ana Patricia se llama Chulisñaqui. [Están guardados] en Coamo, en la finca que era de mis abuelos y es de mi familia”. ¿Qué le parecen los memes que le han hecho?. “Los he visto y me río. Son parte de la imaginación y de la alegría del país. Me río mucho. El que más me ha gustado de los que yo salgo… Wow, son un montón. Esos que dicen que si las parrandas, las morcillas, los pasteles”. 

Cuba AGP ve oportunidades con Cuba ¿Qué significa para Puerto Rico el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE. UU.? —Es a la vez una ocasión de oportunidades y de retos. De oportunidades porque nosotros tenemos adelantadas la pericia en renglones en los que ellos van a necesitar ayuda, particularmente en su relación con Estados Unidos. Los cubanos vinieron aquí en la década de 1960 y empezaron a trabajar y a hacer capital porque llevaban ventaja en algunos renglones. Y vinieron aquí a trabajar duro y a poner esas ventajas en práctica. Nosotros podemos hacer lo mismo ahora a la inversa. Igual representa retos. Que Cuba represente otro competidor en el Caribe en turismo, pues eso es un reto, pero no se puede ver como algo negativo, porque la riqueza de Puerto Rico no puede ser a costa de la pobreza de Cuba.  

A dos años de gestión gubernamental, el gobernador Alejandro García Padilla aseguró en entrevista con Metro que ha logrado reducir el crimen y el desempleo, y adelantó que no prevé nuevos impuestos en lo que resta del cuatrienio.
 
¿Cómo evalúa estos dos años?
—Dos años de adelantos y retos. Entre estos adelantos, uno de los dos elementos con los que yo me comprometí principalmente era bajar el desempleo. Recordaremos que con el Gobierno anterior el desempleo estuvo en un promedio de 16.5. Ahora mismo está en 14. En noviembre del año pasado estaba en 15.1, o sea que ha ido bajando. Y el crimen que ha tenido una reducción aún más dramática de la que yo esperaba. En ambos renglones había buenos adelantos; sabemos que hay que hacer más.
 
Pero su gestión también ha estado plagada de protestas.

—En primer lugar, es uno de los elementos que permite notar cambios dramáticos en la manera de hacer gobierno. Mi Gobierno es un gobierno liberal que propone impartir derechos en la comunidad LGBTT, en las comunidades migrantes, y que vienen más, muchos más, que también al que discrepa se le trata con mucho respeto. Aquellas estampas trágicas del Gobierno anterior del macaneo, del pepper spray, del macaneo a la prensa, a los fotoperiodistas, es parte del pasado.

¿Qué planes tiene para los próximos dos años?
—En los próximos dos años tienen que seguir bajando el desempleo y el crimen; tienen que seguir mejorando la educación y la salud, y tenemos que seguir resolviendo los problemas fiscales del país sin poner parchos.

 ¿Podemos esperar más arbitrios?
—No estaba planteado porque esperábamos que el mercado se abriera ante las decisiones que habíamos tomado. No [habrá nuevos impuestos]. De hecho, si se termina aprobando como es debido, no será necesario porque nos permite ir al mercado y obtener lo que necesitamos. Obviamente, si se ponen cortapisas y no podemos levantar el dinero que necesita el país, no digo yo que habrá nuevos arbitrios, pero habría que evaluar qué medidas tenemos que explorar para allegar los ingresos para pagar la deuda. Esto es así de sencillo. El país cogió un dinero prestado, lo gastó y nos lo han tirado a nuestra generación para pagar la deuda, que no es nuestra. No estoy planteando arbitrios, pero habría que ver qué otros ajustes habría que evaluar.

¿Por qué se ha tardado tanto en convertir en ley la crudita?
—Si la firmo hoy o mañana, la fecha de vigencia es en marzo. Habiéndola aprobado tenemos la certeza de que habrá ingresos. La diferencia es que, si no se había aprobado, no tenía la certeza de hacer los pagos que estoy haciendo de quincena, etcétera. Ya tengo la certeza de que voy a tener el ingreso. Por lo tanto, voy a seguir haciendo los pagos.
 
Aún no se ha presentado la reforma contributiva. ¿Están retrasados?
—No. La reforma contributiva no se hace en una semana. Hemos integrado la discusión continuamente con los dos cuerpos (legislativos). Tiene que haber (vistas públicas)… Una reforma contributiva completa que incluya los arbitrios, los impuestos y las contribuciones sobre ingreso, una revisión completa nunca se ha hecho. Y esta vez estamos hablando de una revisión completa. Que la gente pague menos, que deje de ser un sistema contributivo que castigue el progreso a ser uno que promueva el progreso.

 ¿Cómo se resolverán los problemas de Hacienda y los recaudos?
—Tienes un mecanismo actual en el que el recaudo es mucho más complicado. Lo que estamos impulsando es un mecanismo que se autoejecuta, en el que la captación es mayor porque son sistemas mucho más modernos a los que el resto del mundo se está moviendo, como el valor añadido (IVA), en lugar de la venta y uso. El IVU depende de la decencia del comerciante, que lo cobre al consumidor y lo retenga o se lo envía a Hacienda. Escuchaba a los representantes de las asociaciones empresariales diciendo que Hacienda tiene mala captación del IVU, pero lo que están diciendo es que sus socios no están pagando, lo cobran al consumidor y se quedan con él.
 
¿Está satisfecho de la gestión de Lisa Donahue en la AEE?
—Mucho. La transformación de la AEE es un compromiso que hice y lo estoy cumpliendo. Cuando llegué, la energía estaba a 31.5 (centavos) el kilovatio por hora. Hoy está a 23.6, en gran medida por la baja en el combustible y porque hemos logrado mayor eficiencia en las unidades que producen energía. Distinto de lo que dijeron otros medios (en la propuesta que se presentó a los bonistas) no había nada de despidos ni de cierre de centrales. Lo que sí incluía eran las proyecciones de cash flow. El modelo de transformación completo sería un plan decenal para la AEE que resuelva los problemas de décadas. Eso es lo que va a estar el próximo año.

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