“No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer por tú por tu país”, John F. Kennedy.
Hace unas semanas publiqué una columna titulada “Puerto Rico es Estados Unidos”, en la que abordaba la crítica constante contra nuestra isla cada vez que ocurre algo negativo, a diferencia del silencio sepulcral cuando ocurre en Estados Unidos.
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El pasado sábado leía en Metro.pr, cuando vi la noticia del joven puertorriqueño Adrian Brito, un consultor estratégico y estudiante de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, de 26 años y que no está sentado criticando o esperando a ver qué hace el gobierno de Puerto Rico por él. Pensó en qué podía hacer él por su isla y actuó.
Tomó la iniciativa de escribirle al principal ejecutivo de la empresa Apple, Tim Cook. Brito le habla en su escrito a Cook sobre la posibilidad de establecerse en Puerto Rico con un proyecto de investigación y desarrollo de manufactura. ¿Qué puede “enamorar” a este magnate de la industria tecnológica? Lo mismo que ha “enamorado” a otros multimillonarios como John Paulson y Nick Prouty. Conocí a este último hace unos meses y resultó ser una persona sencilla y afable, cuya historia sobre como pasó de ser un taxista de Brooklyn a un importante y exitoso desarrollador es digna de admirar.
Prouty acaba de comenzar la construcción de tres edificios en el complejo Ciudadela de Santurce, a un costo de 108 millones de dólares sacados de su bolsillo. A eso añádale cerca de 500 millones de dólares de inversión en la Marina Puerto del Rey en Fajardo. ¿Que Prouty está cogiendo todos los incentivos millonarios del gobierno que le permiten? ¿Que vino a hacer dinero? ¡Perfecto! Eso es lo que necesitamos, que vengan a Puerto Rico a hacer billetes, a invertir. El mensaje de que estas personas ponen su dinero en la isla es poderoso.
¿Cómo traemos esos inversionistas? Con leyes como la 20 y 22 de la Administración Fortuño que brindan incentivos contributivos a personas como Paulson, Prouty y otros cientos que se establecieron aquí. Si vamos a traer inversionistas, traigamos de ese calibre. A Puerto Rico hay que ponerlo en el mapa y tenemos que competir con jurisdicciones más atractivas. Según usted busca los “especiales” para hacer su inversión en una compra, estos magnates hacen lo propio, así que no podemos culparlos si actuamos igual a ellos. Estas personas van a coger hasta el último centavo de los incentivos, así como usted va a coger, probablemente, hasta el último “chavito” del gobierno en cualquier ayuda. Aquí unos cogen “incentivos” (ayudas) del gobierno y miran para el lado cuando les hablan de trabajar. Estos inversionistas cogen los incentivos, trabajan día y noche para hacer lo que usted también quiere: DINERO. ¿O es que usted juega La Loto y Powerball para ayudar al gobierno en sus recaudos? Haga el ejercicio de eliminar esas exenciones y el resultado sería tener a estos inversionistas en otro lugar. Eso equivale a que, de todas maneras, no tendríamos las contribuciones de ellos, pero tampoco sus millones corriendo en nuestra economía. Cero más cero es igual a cero. ¿Quiere usted tener un impacto de cero en nuestra economía? La inversión de Prouty, solamente, supera los 700 millones.
No obstante, creo que esas leyes, aunque buenas, dejaron a un lado a los nuestros y debemos comenzar a considerar la ayuda a los inversionistas nativos también.
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Volviendo al tema de Brito, este le habla a Cook sobre los incentivos, sobre Google, que eligió a Puerto Rico para probar el primer “smart phone” modular que esa empresa lanzará este año, y de cómo Microsoft ha ahorrado dinero desarrollando software en Puerto Rico.
Brito no solo le escribió a Cook, si no que lo hizo público en Huffington Post, como parte de su estrategia para que llegue el mensaje. ¿Qué obtiene Brito criticando y lamentando las cosas negativas? Nada. ¿Vendrá Cook a la isla? No lo sé, pero eso no es razón para que no se haga el intento. Este joven puso su grano de arena. Y tú, ¿que has hecho por Puerto Rico?
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