El nuevo gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, declaró hoy que el Ejecutivo no dispone de fondos ni para pagar las nóminas de los empleados públicos en febrero, durante el discurso de toma de posesión de su cargo para los próximos cuatro años.
Rosselló, que como gesto de compromiso juró privadamente el cargo pocos minutos después de la pasada medianoche para firmar de madrugada las primaras órdenes ejecutivas, aseguró en su discurso que la situación es tan grave que simplemente el Gobierno que acaba de encabezar no tiene liquidez.
“Heredamos un déficit de más de 6.000 millones de dólares y una situación tan precaria que no hay para pagar la nómina del mes de febrero”, subrayó Rosselló, de 37 años e hijo del exgobernador Pedro Rosselló González (1993-2000).
La ceremonia, a la que no asistió, aunque estaba anunciado, el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, sirvió para que Rosselló confirmara las dos principales guías maestras para sus próximos cuatro años.
Dijo que afrontar la situación de una deuda que ronda los 69.000 millones de dólares es la primera de sus prioridades, aunque en conexión directa con ésta resaltó que hará todo lo posible para que Puerto Rico deje de ser un Estado Libre Asociado a Estados Unidos y pase a integrarse plenamente en el país norteamericano.
Una parte importante de su primer discurso la dedicó al Gobierno saliente de Alejandro García Padilla, que a pocos metros de su sucesor tuvo que soportar agudas críticas sobre una gestión económica que éste catalogó de nefasta, el supuesto mal uso de fondos públicos para pagar gastos operacionales y la ocultación de información financiera.
Rosselló advirtió de que la transición entre ambas administraciones no ha sido transparente y que se investigarán supuestos manejos irregulares por parte del Ejecutivo saliente.
“Hoy comenzamos la reconstrucción de nuestra patria”, resaltó, tras apuntar que la generación que representa “cambiará el rumbo de la historia de Puerto Rico”.
Entre las medidas más inmediatas para hacer frente a la crítica situación que afronta la isla anunció que ya ha firmado -durante la madrugada- una batería de órdenes ejecutivas con la que se quiere un cambio de rumbo inmediato a la deriva a la que a su juicio se dirigía el territorio caribeño.
Una de las más importantes establece que todas la agencias gubernamentales reduzcan en un 10 % sus gastos anuales y que los contratos por servicios externos también bajen en ese mismo porcentaje.
Otra es la firma de una orden ejecutiva para decretar un estado de emergencia en el Gobierno que permitirá agilizar procesos para dar inicio a proyectos estratégicos de forma inmediata.
Además, adelantó que se tomarán con la máxima celeridad todas las medidas para que el bilingüismo -español e inglés- sea una realidad entre los escolares de la isla, algo que actualmente se restringe a las escuelas privadas.
Rosselló no dio detalles de cómo se implementará la iniciativa, ni si, como ocurre en algunos colegios privados, se pretende que parte importante de la educación se imparta en inglés.
En el apartado político, subrayó que “la crisis está relacionada directamente con el colapso de la colonia” que para él representa el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, un estatus que desde hace más de cinco décadas da un cierto grado de autogobierno a la isla pero que deja en manos de Washington áreas críticas, como fronteras, defensa o relaciones internacionales.
“No se podrá solucionar la crisis sin solucionar la situación política”, subrayó enérgicamente Rosselló, para quien el asunto quedó, a su juicio, claro en 2012, cuando con motivo de las elecciones generales se preguntó además a los puertorriqueños sobre el actual estatus político, sobre el que un 54 % de la población dijo no estar de acuerdo.
Rosselló anunció que hoy mismo viajará a Washington para comenzar a trabajar en aras de la integración de la isla en Estados Unidos.