Todo inició en el patio de su casa un día cualquiera. A.J. y Adrianna estaban en el patio de su casa y le pidieron permiso a su mamá Amanda Lewis de entrar a la piscina. Lewis les dijo que podían estar en el patio, pero no en la piscina porque saldrían a hacer unas compras. De repente A.J. entra a la casa y le dice a su mamá que Adrianna está en la piscina, Lewis sale y la encuentra azul y muerta. Hasta ahí la muerte de la pequeña había sido un accidente. Sin embargo, las autoridades no creyeron la versión de Lewis, pues la piscina tan solo tenía 80 centímetros de profundidad y Adrianna media 1m, 20 cm; además jugaba todos los días en la misma piscina.