Se temía lo peor. Trasladado al hospital de Cruces, le enterraron la mano derecha en la tripa, para preservar tejidos y, luego se transplantó tres dedos de su pie.
Se temía lo peor. Trasladado al hospital de Cruces, le enterraron la mano derecha en la tripa, para preservar tejidos y, luego se transplantó tres dedos de su pie.