Puerto Rico se ha convertido en centro de cultivos transgénicos gracias a la presencia de multinacionales que ocupan buena parte de las tierras más fértiles, posición dominante que rechazan grupos ambientalistas de la isla.
El portavoz del grupo en defensa del medioambiente Nada Santo Sobre Monsanto (NSSM), Jesús Vázquez, dijo hoy que son inquietantes las informaciones que apuntan a que en Puerto Rico las compañías dedicadas a desarrollar cultivos transgénicos ocupan ya el 14 % de las mejores tierras públicas.
El Centro de Periodismo Investigativo (CPI) apunta en un informe sobre el tema que la isla se convertió entre 2006 y 2015 en el territorio de Estados Unidos con mayor número de permisos concedidos para experimentar con semillas modificadas genéticamente, lo que ha permitido llegar a ese porcentaje.
La presencia de las empresas, que incluye a compañías como Monsanto, DuPont Pioneer y Bayer CropScience, es especialmente preponderante en los municipios sureños de Santa Isabel, Salinas, Guánica, Sanaba Grande, Salinas y Guayama.
Vázquez sostuvo que no tiene sentido que estas empresas acaparen los mejores terrenos de Puerto Rico cuando la isla caribeña vive una situación de inseguridad alimentaria derivada de que tiene que importar cerca del 85 % de la comida que consume su población debido a la debilidad de su agricultura.
“Se trata de empresas que no producen alimentos”, apuntó Vázquez, para quien a ello hay que sumarle que esas compañías llevan a cabo actividades de experimentación en las que intervienen químicos nocivos para la salud.
“Puerto Rico se ha convertido en un nido de semillas que se venden al mundo”, dijo Vázquez, para quien las actividades de esas compañías entrañan amenazas para la población, el agua y en general la biodiversidad.
El grupo NSSM ya convocó por ello en el pasado movilizaciones para detener el avance de la producción de semillas genéticamente modificadas en Puerto Rico.
El presidente de la organización ambientalistas Sierra Club de Puerto Rico, José Menéndez, dijo que esas compañías acaparan unos terrenos que deberían utilizarse para contribuir a la deficiencia en producción alimentaria que hay en la isla.
Menéndez resaltó que si se interrumpiera el flujo marítimo con Estados Unidos la isla no tendría reservas alimenticias para más de 15 días, por lo que no tiene sentido que esos terrenos de gran fertilidad estén ocupados por esas empresas, que como recordó disfrutan de fuertes incentivos fiscales y a cambio solo ofrecen trabajo temporal y en puestos de baja cualificación.
El gerente de asuntos comunitarios de Monsanto -la principal compañía del sector con presencia en la isla- en Puerto Rico, Miguel Pereira, señaló a Efe que la empresa cuenta en la isla con cerca de 740 hectáreas, muchas de las cuales se localizan en el municipio de Juana Díaz.
Además, matizó, Monsanto cuenta con otros cientos de hectáreas repartidos entre distintos municipios.
Según el representante de Monsanto, que toma como fuente el Plan de Uso de Terrenos de 2015 de Puerto Rico, la industria biotecnológica agrícola solo utiliza el 1,5 % de todos los terrenos arables públicos y privados de la isla.
Pereira dijo que todas las operaciones de la compañía “son consistentes con las leyes y políticas públicas de Puerto Rico”.
En cuanto a qué consecuencias tiene la presencia de Monsanto y otras empresas del sector en la isla, subrayó que su compañía “contribuye vigorosamente a la economía a través de inversiones de capital, negocios con proveedores locales y creación de empleo”.
Pereira subrayó que Monsanto compra anualmente a proveedores locales por cerca de 12 millones de dólares y cuenta con 700 empleados, de ellos 200 a tiempo completo.
El Departamento de Agricultura de Puerto Rico informó a Efe que según consta en los registros de la estatal Autoridad de Tierras esa entidad tiene arrendadas a empresas dedicadas a la biotecnología un total de 1.120 hectáreas.
Las compañías con acuerdos con la Autoridad de Tierras son Monsanto, AgReliant Genetics, Illinois Crop Improvement, Seeds, Pioner Hi-Bred, Bayer CropScience y Mycogen.