Si bien el mensaje más sonado en el contexto actual de la crisis económica local es que la Universidad de Puerto Rico es clave para el desarrollo económico, el presidente de la Junta de Supervisión Fiscal federal, José Carrión III, no pudo precisar por qué la Universidad de Puerto Rico (UPR) no fue parte de la reunión celebrada hoy, cuyo tema principal fue, precisamente, el desarrollo económico.
“Personalmente creo que la Universidad de Puerto Rico es parte del desarrollo económico de Puerto Rico. La agenda se elaboró con nuestros asesores, habían muchas personas, y realmente no conozco las razones específicas por las cuales no se invitó a la Universidad de Puerto Rico”, explicó Carrión III ante las preguntas de la prensa en una rueda de prensa en un intermedio de la jornada de la reunión.
Una fuente de Metro indicó que no se invitó a ningún representante de la UPR porque el evento organizado en el Centro de Convenciones de San Juan fue ideado a toda prisa contando con solo una semana para diseñar toda la logística. Igualmente, señaló que por la crisis que atraviesa el primer centro docente del país no se había podido identificar un recurso, aludiendo a que no había una figura que no fuera detonante en el encuentro que por primera vez se realizaba en San Juan.
La ausencia de alguna representación de la UPR contrastó de manera evidente con el panel “Educación: Capacitando a la Fuerza Laboral para el Éxito Económico”, cuyos deponentes fueron Manuel J. Fernós, presidente de la Universidad Interamericana de Puerto Rico; Gretchen Manzanal, presidente del Liceo de Arte y Tecnología; y Ernesto Vázquez Barquet, presidente de la Universidad Politécnica Puerto Rico.
Sin embargo, la participación de la UPR estuvo pero de otra manera. Y fue porque los estudiantes se movilizaron en ánimos de protesta y manifestación al frente del Centro de Convenciones. Incluso, tomaron el espacio de la entrada e invadieron la fuente del lugar para expresar la situación de la deuda del país con una manifestación artística.
La presencia estudiantil duró unas horas y ya a las primeras horas de la tarde se esfumó el acto y solo quedó la barrera azul de la Policía de Puerto Rico, que se amaneció para reguardar el lugar de algún acto o avalancha violenta.