Fernando Picó, sacerdote jesuita, profesor e historiador de la Universidad de Puerto Rico falleció, según informaron hoy varios de sus familiares al personal de la Facultad de Humanidades del Recinto de Río Piedras.
De acuerdo a la oficial de prensa del campus, Lorna Castro, quienes confirmaron su deceso no ofrecieron más detalles sobre el suceso. Al tiempo, pidieron espacio para asimilar la pérdida.
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Más adelante, comentó la funcionaria, la institución académica emitirá expresiones oficiales.
Picó fue profesor de historia en el primer centro docente del país desde el 1972 y es considerado una de los grandes intelectuales del Puerto Rico moderno.
Picó nació en Santurce el 15 de agosto del 1941. De acuerdo a varias biografías, alcanzó sus grados primarios en el Colegio San Ignacio, su Bachillerato en la Universidad de Springfield, su Maestría en la Universidad de Fordham y su Doctorado en la Universidad de John Hopkins.
El profesor Picó también dirigió un programa de enseñanza superior en el Complejo Correccional de Bayamón.
De la misma forma, el historiador fue ordenado sacerdote jesuíta hace 47 años.
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Según el Instituto de Cultura Puertorriqueña, entre sus publicaciones podemos encontrar: Historia general de Puerto Rico (1986), Puerto Rico, tierra adentro y mar afuera (1991), Registro General de Jornaleros de Utuado 1849-50 (editor, 1977), Libertad y servidumbre en el Puerto Rico del siglo XIX (1979), Amargo café (1981), Las vallas rotas (1982), Los gallos peleados(1983), La Guerra después de la Guerra (1987), Vivir en Caimito (1989), Historia de Caimito (1992), Don Quijote en motora (1993), El día menos pensado: historia de los presidiarios en Puerto Rico (1793-1993), San Fernando de la Carolina: identidades y representaciones; Cayeyanos: familias y solidaridades en la historia de Cayey; y el cuento infantil La peineta colorada, entre otros.
En el 2004, el catedrático fue seleccionado Humanista del Año por la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades (FPH).
Reaccionan al fallecimiento
En una comunicación oficial, el cuerpo de decanos del Recinto de Río Piedras lamentó el suceso.
“Picó fue uno de los más distinguidos miembros de la Universidad de Puerto Rico. Ejemplo de un cabal universitario por su compromiso y dedicación con su cátedra y con los estudiantes. Se distinguió grandemente por su calidad humana. Perdemos a un incansable defensor del derecho de la población penal a su rehabilitación a través de la educación. Es una enorme pérdida para la institución y para el País. Lamentamos profundamente su fallecimiento y extendemos nuestro más sentido pésame a sus familiares, amigos y colegas”, reza la misiva.
Por su parte, el senador Eduardo Bathia destacó que “con profunda tristeza recibo la noticia del fallecimiento de Fernando Picó. Fue un gran amigo de mi familia, de mi mamá Carmiña Gautier. De hecho, fue él quien dio la última bendición ante la partida de mi madre”.
“Reconozco su gran desprendimiento por la patria, el prójimo y los estudiantes. Nuestra aspiración debe ser alcanzar algún día la espiritualidad y empatía que lo distinguieron durante toda su vida. Hoy decimos adiós a un gran ser humano pero tenemos la certeza de que su ejemplo y sus enseñanzas, marcaron generaciones y perdurarán por siempre. Celebro y agradezco mucho su vida”, concluyó.