PAMPLONA, España – Trece corredores sufrieron heridas el viernes en el último encierro de San Fermín, que fue el más rápido de este año y cerró nueve días de fiesta en Pamplona.
Un ciudadano estadounidense de 30 años presentaba el cuadro de mayor gravedad, explicaron responsables sanitarios. Fue golpeado en la cabeza por el asta de uno de los toros, que no llegó a cornearlo, en el último tramo de la carrera, cerca de la entrada a la plaza.
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Otro estadounidense, dos franceses, un italiano y siete españoles completaban la lista de corredores que tuvieron que ser trasladados al Hospital de Navarra con traumatismos en la cabeza, la espalda y otras lesiones, explicó el gobierno de la región del norte de España en un comunicado. Los médicos seguían evaluando el estado de los pacientes.
La mayoría de las heridas en los encierros se producen en caídas o por pisadas de los animales, pero 15 personas han muerto por cornadas desde que se iniciaron los registros en 1924.
Este año, cuatro estadounidenses y tres españoles fueron corneados en los ocho encierros de las fiestas. A excepción de un californiano de 22 años, que fue alcanzado en un brazo, todos recibieron el alta hospitalaria, agregó el gobierno de Navarra.
Los toros de la histórica ganadería Miura fueron los más rápidos de los sanfermines, al completar los 850 metros (930 yardas) del recorrido por las estrechas y adoquinadas calles del centro de Pamplona en dos minutos y 10 segundos el viernes.
Los encierros, que se celebran a primera hora de la mañana, suelen ser una atracción habitual en muchas de las fiestas veraniegas del país. Los toros bravos se enfrentan por la tarde a una muerte casi segura en la plaza.
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Pamplona, una ciudad de unos 200.000 habitantes, multiplica por cinco su población durante los festejos de nueve días, popularizados gracias al libro del Premio Nobel de literatura Ernest Hemingway, “Fiesta” de 1926.
Decenas de miles de personas de España y el extranjero acuden cada año a la ciudad norteña para correr o presenciar los encierros y participar en cientos de actividades. Los bailes, la comida y la bebida están entre los principales reclamos.
Tras las denuncias de años anteriores, la ciudad renovó su campaña contra las agresiones sexuales, coordinó sus esfuerzos con agentes de seguridad y servicios sociales, y mejoró la concienciación. Las cifras preliminares muestran un pronunciado descenso en el número de incidentes reportados.
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