KABUL – El grupo Estado islámico lanzó el lunes un osado ataque a la embajada de Irak en Afganistán, iniciando con un miliciano que se inmoló en un coche bomba frente a la sede diplomática para permitir que tres hombres armados irrumpieran en ella. El asalto detonó un enfrentamiento a disparos que terminó cuatro horas después, cuando las fuerzas de seguridad afganas dijeron que todos los atacantes habían muerto.
Hubo informes contradictorios de víctimas durante y después del ataque. Un testigo aseguró que vio los cadáveres de al menos dos policías que yacían en el suelo frente a la embajada poco después.
Al reivindicar el atentado, el Estado Islámico dijo que sus combatientes habían matado a siete guardias, pero la agrupación a menudo exagera sus afirmaciones sobre el número de víctimas infligidas.
El ataque extremista probablemente fue lanzado para tratar de distraer la atención luego de sus fuertes derrotas en Irak y Siria en las últimas semanas.
Adicionalmente, el EI dijo que solo dos de sus seguidores participaron en el ataque, no los cuatro que según afirmaron los funcionarios en Kabul, lo que añadió más confusión.
El portavoz del Ministerio del Interior, Najib Danish, dijo que solo un policía fue herido y que no hubo muertes entre las fuerzas de seguridad o los civiles. Danish dijo a The Associated Press por teléfono que todos los empleados de la embajada estaban a salvo, pero que el edificio sufrió daños significativos, como varias habitaciones muy quemadas, además de ventanas rotas.
“La explosión fue muy fuerte. Me asusté mucho”, dijo Maryam, una mujer que lloraba cerca del lugar del ataque. La mujer dijo trabajar en la cercana oficina de la aerolínea afgana Ariana.
Después de que fuerzas iraquíes respaldadas por una coalición encabezada por Estados Unidos arrebataran al grupo Estado Islámico la ciudad de Mosul este mes, la embajada iraquí invitó a periodistas a sus oficinas en Kabul para expresar su preocupación por posibles ataques a gran escala de la filial local de la milicia para distraer la atención de sus derrotas en Irak.
La embajada iraquí se encuentra en la zona de Shahr-e-Now, fuera de la fortificada “zona verde” donde están la mayoría de embajadas y delegaciones diplomáticas extranjeras y que está protegida con guardias y grandes muros de concreto.
En cambio, la embajada iraquí se alza en una pequeña calle de un barrio de mercados y negocios.