El hurto de cobre del tendido eléctrico y de las subestaciones de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) puede ocasionar, además de las consabidas averías y las interrupciones en el servicio a los clientes, la muerte de algún desaprensivo que los manipulas para robarlo, advirtió hoy el director ejecutivo de la corporación pública, Ricardo Ramos Rodríguez.
Precisó que tal situación afecta los niveles de voltaje en el tendido eléctrico y pone en riesgo la vida de los que incurren en esa práctica, además de la seguridad de los empleados de la AEE.
“El hurto de cobre es un problema serio que constituye un delito y le cuesta dinero al pueblo de Puerto Rico”, dijo Ramos Rodríguez al referir que, además, el costo de reparación de las instalaciones afectadas por el hurto de metales, como el cobre, es excesivamente alto y encarece el servicio eléctrico.
El funcionario resaltó que la apropiación ilegal de cables del sistema soterrado de las vías públicas afecta sustancialmente el alumbrado en las carreteras, lo que podría provocar accidentes de tránsito y fomenta la inseguridad en la ciudadanía por la falta de iluminación.
El director ejecutivo de la AEE recordó que la Ley Número 41 del 3 de junio de 1982, reglamenta el negocio de compraventa o adquisición de metales incluyendo el cobre y establece mecanismos adecuados para regular su intercambio comercial.
“Los acusados podrían enfrentar multas y penas de cárcel, sin contar que ponen en riesgo su vida, así como la seguridad de nuestros empleados y de los ciudadanos”, insistió Ramos Rodríguez.
