Mientras Dwight Chandler bebe una cerveza y barre la capa gruesa de lodo que se metió en su casa devastada por las inundaciones que trajo el huracán Harvey, le preocupa que las aguas también hayan arrastrado contaminantes del viejo depósito de ácido que está apenas a dos cuadras de ahí.
En el área metropolitana de Houston, que durante mucho tiempo fue centro de la industria petroquímica del país, hay más de una decena de lugares llamados “Superfund” (Superfondos), catalogados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) como los sitios más contaminados del país. En la actualidad muchos están inundados, con el riesgo de que las aguas estén revolviendo los sedimentos peligrosos.
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El depósito Highlands Acid Pit que está cerca de la casa de Chandler, en la localidad de Highlands, fue rellenado en la década de 1950 con fango tóxico y ácido sulfúrico residual de operaciones de gas y petróleo. Aunque en la década de 1980 se extrajeron 16,820 metros cúbicos (22,000 yardas cúbicas) de tierra y desechos peligrosos, el sitio sigue siendo considerado una amenaza potencial para al subsuelo y la EPA mantiene los pozos de monitoreo en el lugar.
Chandler, ahora de 62 años, recuerda que cuando era niño él y sus aminos solían nadar en la cantera, que en ese entonces estaba abandonada.
“Mi papá nos platicaba que tenía perros de caza y que el ácido les carcomía los cojinetes de sus patas”, contó Chandler.
The Associated Press visitó siete depósitos como este en Houston y sus alrededores en días recientes. Todo estaba inundado por agua, en algunos casos con una profundidad de varios metros.
Ayer, la EPA anunció que revisando las imágenes aéreas podía confirmar que 13 de los 41 Superfondos en Texas quedaron bajo la aguas de Harvey y que estaban “experimentando posibles daños” debido a la tormenta.
El comunicado confirmó el reporte de AP en el sentido de que la EPA no ha podido visitar físicamente estos sitios en el área de Houston, argumentando que “su personal de respuesta no ha podido acceder”. Representantes de la agencia ambiental visitaron dos Superfondos en Corpus Christi el jueves y no hallaron daños importantes.
Los periodistas de AP usaron una lancha para documentar las condiciones de un depósito inundado en el área de Houston, pero llegaron a otros en coche o a pie. La EPA no respondió a las preguntas de por qué su gente no pudo hacerlo de la misma forma.
El alcalde de Houston, Sylvester Turner, dijo el sábado a los reporteros que quiere a la EPA “en la ciudad, para que se haga cargo de la situación”.
El jueves, en el Highlands Acid Pit, el letrero y la reja metálica que rodean al terreno de 1,33 hectáreas (3,3 acres) apenas sobresalían de las aguas desbordadas del río San Jacinto.
Un corcho de pesca estaba atrapado en la cadena y el aire tenía un olor amargo. Un incinerador oxidado estaba recargado sobre la reja, emergiendo de una especie de sopa de lodo.
Cruzando el camino en lo que parece ser una planta con operaciones más recientes, se veían un par de tanques blancos saliendo en medio de un montón de acero retorcido. Se desconoce si había algo dentro de ellos cuando llegó la tormenta.
El director de la EPA Scott Pruitt ha dicho que es prioridad limpiar los Superfondos, a pesar de que ha revertido o retrasado normas que buscan evitar la contaminación aérea y del agua. El presupuesto 2018 del presidente Donald Trump recorta en un 30% el dinero para los Superfondos, aunque es probable que los republicanos en el Congreso autoricen una reducción menos fuerte.