El barrio sanjuanero de La Perla, conocido mundialmente por ser sitial de la filmación del vídeo musical de “Despacito”, se levanta “despacito” tras el embate del huracán María, cuyo temporal destruyó alrededor de 40 residencias en la zona.
“Esto es triste, desolador, pero damos gracias a Dios que en nuestra comunidad no hubo ninguna desgracia humana”, aseguró hoy a Efe la vicepresidenta de la Junta Comunitaria de La Perla, Carmen Lourdes López, durante un recorrido por el casco histórico del Viejo San Juan.
En esta barriada, donde se ubican alrededor de 400 casas, casi cuarenta de ellas -en su mayoría con techos de madera-, así como el restaurante La Garita Yaz, fueron parcialmente o completamente destrozadas por los fuertes vientos de María que también causaron la caída de postes del tendido eléctrico.
“Entiendo que vamos a salir a flote. Al igual que toda la isla, vamos a subsistir. Lo importante es unirnos y no desesperarnos y que las ayudas lleguen adonde tienen que ir”, agregó López, residente de San Miguel- una de las cuatro comunidades de La Perla-, hace casi seis décadas.
“Y aunque yo no tenga en mi casa comida, ni agua, ni luz, lo que tenemos, lo estamos compartiendo entre todos nosotros. En la unión está la fuerza. Con fe y con la ayuda de Dios nos vamos a levantar”, agregó López.
Hasta el jueves, ningún funcionario del Gobierno central o municipal había acudido a La Perla a prestarle algún tipo de ayuda a la barriada, hasta que allí ubicaron varios recipientes grandes de agua no potable para suplir a los residentes.
“Tenemos que poner la situación en la cancha. Solo queremos que nos ayuden un poco y nosotros seguimos. Si alguien nos necesita, también vamos a darle la mano, pero que no nos dejen en el abandono”, recalcó López.
Otro residente del folclórico sector hace 60 años es Manuel Torres, quien atendió a Efe fuera de su residencia debido a que esta quedó completamente destruida por María, tras su azote directo por la isla el pasado 20 de septiembre y dejando al territorio caribeño completamente a oscuras.
“No sabía que iba a ser tan potente. No fue tan fácil. Cuando vinieron los vientos, eso empezó a volar. Rompió el cartón, la madera. Esta casa, a pesar de que es de cemento, temblaba”, relató Torres, quien pasó el ciclón junto a su madre y su sobrina, quien también perdió su residencia.
La Perla, fundada por personas que se movilizaron desde los campos de la isla a la capital en el siglo XIX, no obstante, ha sido marginada debido a que ha sido poblada por ciudadanos de bajos recursos económicos.
El rechazo a esta barriada, ubicada a varios minutos caminando de la sede del Ejecutivo, viene de largo ya que es considerado un lugar inseguro por su alta incidencia criminal.
Hoy una de las vallas de la cancha de baloncesto del sector, acondicionada hace varios años por el baloncestista de la NBA de sangre puertorriqueña Carmelo Anthony, presentaba un cartel pidiendo ayuda al Gobierno, así como otro que lee “’Despacito’, no nos abandones”.
“La luz no va a venir por dos o tres meses, porque acá somos los últimos que atiende el Gobierno. A los hoteles y la gente de dinero son a quienes atienden primero. La gente pobre somos los marginados”, aseguró Torres.
“Aquí el Gobierno quisiera que nos fuéramos porque el terreno de aquí vale demasiado. Esta es la parte de más valor que tiene Puerto Rico. Si Condado (otro barrio de San Juan) crees que vale caro, esto vale más. Hasta el mismo Trump se interesó en comprar esto, y eso no va a pasar”, enfatizó el hombre retirado del Ejército estadounidense.
La Perla consiste de varias comunidades como Waipao, bautizada así por un “wipe out” o destrucción de residencias por fuerte oleaje, Lucila Silva o “Perla Vieja” y “La Lomita”, cerca del histórico Cementerio Santa María Magdalena de Pazzis.
“La comunidad se está levantando, igual que todo Puerto Rico. No nos podemos quedar de brazos cruzados.Ahora solicitamos solicitando toldos, alimentos y medicamentos”, detalló a Efe la presidenta de la Junta Comunitaria de La Perla, Yashira Gómez.