Por: José Encarnación
En los residenciales José Celso Barbosa y Sierra Linda en Bayamón no ha pasado nadie del gobierno a llevar comida o artículos de primera necesidad. Tampoco ha ido FEMA. Un camión cisterna se pasea por la zona de vez en cuando y, entretanto, la conjuntivitis y las infecciones en la piel son el pan de cada día.
No obstante, ayer el Boys & Girls Club del municipio vaquero se dio a la tarea de organizar la visita de un grupo de enfermeras de la Registered Nurses Response Network (RNRN), organización compuesta por unas 20,000 enfermeras de los Estados Unidos dispuestas a ofrecer sus servicios luego de un desastre.
Ruth Somera es enfermera hace 27 años en el estado de California. Es una de 45 profesionales de la salud de RNRN que llegaron a Puerto Rico este miércoles y también es boricua de Nueva York.
Ruth llegó desde el estado de California y aprovechó para hablar con Metro sobre la misión humanitaria que pretende impactar los lugares donde no ha llegado la ayuda todavía, a poco más de dos semanas del paso del huracán María.
“Más de dos mil enfermeras estaban rogando para venir a Puerto Rico y ayudar. Llegamos cuando la alcaldesa de San Juan pidió ayuda. Aparentemente, San Juan es el único municipio organizado con unión. O sea, cuando la alcaldesa hizo la llamada para ayuda, todas las uniones en los Estados Unidos nos juntamos. Hay de todo en nuestro grupo. 312 voluntarios llegamos el día 4 en un mismo vuelo, y aquí estamos nosotros”, informó Ruth, quien destacó que la RNRN tiene ocho grupos en Borinquen impactando diferentes comunidades.
Y en el caso del residencial Barbosa y de Sierra Linda hay que destacar que es mucha la necesidad por cubrir. Según subrayó la profesional de la salud, hay muchos casos de enfermedades (gripes, infecciones de piel, heridas infectadas, muchos casos de cojuntivitis y deshidratación). Este medio fue testigo.
Para que usted tenga una idea, en Sierra Linda hay sobre 200 menores de 18 años. Mientras, en Barbosa hay alrededor de 170. Entre ambos complejos de vivienda más de 200 niños son menores de 12 años. Este panorama preocupa sobremanera, no solo al personal del Boys & Girls Club, sino también al grupo de RNRN, por la falta de recursos para evitar una crisis de salud.
“Dos caballeros tenían infecciones. Uno en una herida en la pierna, había salido del hospital un día antes del huracán. Nadie le había mirado los puntos y cuando lo tratamos ya tenía una infección seria en la pierna. Encontramos otro con una infección en la mano. Lo importante de las infecciones es que lo que usted ve es una cosa, pero si esa infección no se atiende, puede llegar a la sangre. Cuando le llega a la sangre le va por todos los órganos del cuerpo y si nadie lo atiende es posible que venga la muerte después de eso”, añadió la enfermera.
El grupo de voluntarios estuvo liderado por un doctor, también voluntario y perteneciente a la organización norteamericana. En el complejo de Boys & Girls Club se estableció un centro de ayuda para recibir a las personas afectadas y ofrecer tratamiento médico, así como artículos de primera necesidad.
Y que conste, hace falta comida en ambos residenciales.