“Como boca de lobo”, el refrán que sin duda describe a Puerto Rico cada noche luego del paso del huracán María. Y es que el ciclón categoría cuatro dejó el tendido eléctrico del país casi un 100 % en el suelo. En este contexto, según Jorge Molina, supervisor en la compañía Genesis Security, los servicios de seguridad se han convertido en un aspecto imprescindible en el proceso de levantar la isla.
Pero estos profesionales, sin duda, se enfrentan todos los días de la emergencia a situaciones personales y de trabajo que convierten su labor en un reto constante. Molina, por ejemplo, es teniente de ruta y bajo su mando hay unos 99 oficiales. Muchos de estos, según contó a Metro, lo perdieron todo durante el temporal. Algunos, comentó, duermen en sus carros para asegurar el turno de trabajo y otros han llegado a la oficina hasta en bicicletas.
Todos los días, afirmó Molina, se encarga de que su gente esté motivada para trabajar, y que la seguridad de los boricuas no se vea comprometida por el duro golpe emocional que significó María en sus subalternos.
“Soy supervisor de ruta y hay muchos guardias que se desaniman. Yo les digo que tienen un trabajo y que hay que orar para recuperarse. Siempre que los veo desanimados les doy la mano, sin importar lo que hayamos perdido”, soltó.
Y Molina dijo “hayamos” porque también se encuentra entre las personas que, como consecuencia del ciclón, perdió todas sus partencias.
“Entre mi esposa y yo tenemos cinco niños. Yo perdí todo, se fue el techo, perdí la ropa; fue fuerte”, describió el guardia de seguridad.
A sus preocupaciones personales y a la dificultad que viven los empleados que supervisa, se añade el hecho de que su trabajo significa arriesgar su propia vida todas las noches.
“Yo me encargo de los guardias que supervisan escuelas. Hay guardias que se enfrentan a que alguien los asalte y entre a la escuela para llevarse cosas como materiales. Día a día hay que enfrentar eso y tengo esta situación difícil en mi casa”, sentenció.
Su fe, sin embargo, sigue viva en medio de la emergencia. “Con el favor de dios, juntos nos vamos a recuperar”.
Con Molina concurrió José González, quien trabaja en Genesis Security hace dos años y hoy es supervisor de los guardias que protegen las oficinas de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
“Es sumamente importante nuestro trabajo, Puerto Rico está en manos de nosotros, especialmente en las noches. Es donde más se ha desarrollado la delincuencia y veo mi trabajo como algo sumamente importante”, destacó González.
Pero lo que nos sacará de la dificultad que vivimos, explicó, son los actos de solidaridad entre la gente. Como, por ejemplo, el personal de la AEE que ha permitido que pueda suplirse de agua, porque en su casa no tiene.
González también lo perdió todo durante el huracán. Cuando llegó a su casa en el Barrio Los Naranjos de Vega Baja, soltó, cuestionó muchas cosas “porque comenzar de cero es difícil”. Pero aun así está “siempre positivo, porque vamos a levantarnos”.