Para la alcaldesa de Morovis, Carmen Maldonado, hay dos voluntarias a quienes les exige mucho más. Tienen que madrugar más que los demás y cumplir más horas y realizar todo tipo de labores, desde limpieza y organización, hasta distribución de alimentos y agua por las comunidades.
Son sus hijas Carianni y Daniela, de 19 y 14 años, respectivamente.
“Cuando nos preparamos para el huracán María, establecimos el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) en la casa alcaldía, por el acceso rápido a todos los barrios y por la disponibilidad de equipo. Ya habíamos tenido la experiencia del huracán Irma y eso fue como un adiestramiento pro bono para ellas. Pienso que algo tienen en el DNA que les impulsa al servicio público y al voluntariado”, explicó la alcaldesa de sus hijas.
La mayor, Carianni, estudia en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Utuado, y la menor, Daniela, en la escuela superior.
“Tan pronto terminaron los vientos, ellas se convirtieron en parte de las brigadas de trabajo. Ellas saben que yo requiero un alto nivel de responsabilidad, estamos compartiendo unas experiencias que nos han hecho madurar mucho. Ellas tienen una perspectiva diferente de la vida, adolescentes como son y su comexión con los jóvenes es muy buena. Hay una sensibilidad especial”, explicó Maldonado.
Ayer, domingo, la alcaldesa y sus hijas comenzaron el día auxiliando en el funcionamiento del equipo humano que prepara los suministros que se entregan por comunidades.
Luego pasaron al estacionamiento de una farmacia que se mantiene clausurada y que se está utilizando para el estacionamiento de varios camiones cisterna de la Guardia Nacional.
“Allí orientamos a la gente que va llegando para que hagan fila y esto funcione como un servi-carro de agua”, explicó Carianni.
Agregó que “en Morovis aún no tenemos servicio de agua potable y este oasis es para muchos el único lugar donde pueden abastecerse de agua”.
Luego del paso por el oasis, el próximo tema fue tirarse al Río Grande de Morovis y no precisamente para darse un baño de pasadía.
“Caminamos sobre la base del antiguo puente, ya que el puente nuevo se lo llevó la creciente del Río Grande de Morovis. Allí tenemos una brigada acondicionando la zona para que al menos los camiones cisterna de la Guardia Nacional puedan pasar y eventualmente vehículos altos, ya que el puente provisional no está en la lista de prioridades de FEMA”, explicó la alcaldesa.
Aseguró que “hay que lograr acceso para estos tres barrios lo más rápido posible ‘thinking outside the box’ como dicen los vecinos del norte”.
Luego del proyecto de acceso por el río, pasaron por varias comunidades a distribuir documentación de FEMA a varias familias que requieren ayuda.
“Ninguno de ellos tiene servicio celular, eléctrico ni de agua. También hay personas mayores que necesitan asistencia en el vaciado de información para la solicitud de ayuda de emergencia, así que les ayudamos con eso”, añadió Daniela.
Al final del día, es la preparación de la agenda para los próximos días, que incluye desde reuniones de voluntarios para estatus de las entregas, hasta atención de casos particulares donde la intención es resolver problemas de la manera más eficiente.
“Ya pasó un mes desde María y las dificultades están ahí. El reto es superarlas y no perder la fe, porque la energía no se nos va a terminar. Nos queda mucha”, comentó la alcaldesa.