ROMA — Un activista arrojó pintura roja el jueves en la Fontana di Trevi, 10 años después de hacer lo mismo en uno de los monumentos más famosos de Roma.
Graziano Cecchini insistió en que la pintura no dañará la fuente y que su acto es una protesta contra la corrupción y la sociedad en la capital italiana.
De acuerdo con testigos, Cecchini se trepó a un costado de la fuente y arrojó la pintura, convirtiendo la Trevi en una laguna roja turbia. La policía se lo llevó del lugar.
En una declaración, Cecchini dijo que la protesta fue “un grito de que Roma no ha muerto, está viva y lista para volver a ser la capital del arte, la vida y el Renacimiento”.
En 2008, Cecchini lanzó miles de bolas rojas por la escalinata de la Plaza de España en Roma.
El jueves por la tarde, las autoridades romanas habían cortado el flujo de agua en la fuente y la estaban drenando para prevenir daños por la pintura.
“Acciones como ésta muestran ignorancia y una falta total de sentido cívico”, dijo el vicealcalde Luca Bergamo.