La falta de energía eléctrica también ha afectado a la industria de los huevos del país, de la cual solo quedan ocho productores en Puerto Rico, informó el secretario del Departamento de Agricultura, Carlos Flores.
La industria que para el periodo de 2014-2015 generó $21.1 millones y produjo 12 millones de docenas de huevo enfrenta ahora altos costos de producción por la compra de diésel para las plantas eléctricas, costos de alimentos para las “pollitas”, gallinas que no ponen debido al estrés y daños estructurales que en conjunto suman $6.1 millones.
“Realmente hay que quitarse el sombrero ante estos productores porque no es fácil, se mantienen operando con plantas eléctricas. Ninguno se puede decir que tienen acceso a energía eléctrica. Están en zonas rurales, que son las últimas que van a tener ese recurso. La prioridad son las áreas urbanas más pobladas, áreas comerciales”, manifestó el funcionario. Flores agregó que la mayoría de las granjas están en áreas aisladas cuya infraestructura eléctrica sufrió graves daños.
El titular de Agricultura comentó que entre las iniciativas que han desarrollado para ayudar a los productores de huevo del País es mantener los contratos de comedores escolares. Asimismo, expuso que “también pueden acogerse a programas de infraestructura agrícola, ellos son bona fide, el Departamento de Agricultura les puede ayudar en la reparación de su infraestructura hasta $250,000 por agricultor”.
Flores expresó que el Departamento realiza gestiones actualmente para conseguir incentivos para la compra de alimento para los pollos, como hicieron con la industria de ganado para leche, que recibió $12 millones para la compra de alimento para 30 días.
Se ve forzada a recortar jornada de sus empleados
Aunque perdió 2,000 gallinas durante el huracán, Yanice Deynes, propietaria de la Granja Avícola Pujols en San Sebastián se siente agradecida de que a pesar de los daños en su negocio aún puede operar.
“La producción bajó, ahora mismo estamos a un 20% de la producción, bajó significativamente”, precisó la productora. Esta dijo que entre los mayores obstáculos que enfrentan es que “estamos operando con diésel, es una limitación. Segundo, los ranchos donde criamos la pollita, perdimos toda la de crianza y los ranchos de crianza no hay que sean independientes. Hay que repararlos, porque el huracán los destruyó”.
Deynes compartió que algunas gallinas también ha dejado de poner, hecho que le atribuye al estrés. “Yo perdí 2,000 gallinas, porque las cortinas de las laterales se levantaron, se metió el agua y el viento y se inundó. Pero comparado con mis compañeros, que tengo que lo perdieron todo, pues gracias a Dios estoy bien”, opinó.
La propietaria de la granja en San Sebastián expuso que el restablecimiento del sistema eléctrico es vital para continuar con la producción, así como incentivos para la compra de alimento para las gallinas.
Esta lamentó que de los cuatro trabajadores que tenía a tiempo completo, uno se mudó a Estados Unidos tras el huracán y a los otros res tuvo que recortarle la jornada laboral por la baja de un 80% en la producción de huevos.
Finalmente, Deynes sostuvo que otros proyectos de la granja se afectaron por el ciclón, como uno de venta de composta que precisamente inauguraría en octubre, pero las 14 pilas que ya tenían listas se mojaron con el huracán. “Nos tardamos casi 50 días en prepararlas, hay que volver a procesarla”, concluyó.