El príncipe Enrique de Gran Bretaña y Meghan Markle se casarán en mayo en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, informó hoy el Palacio de Kensington.
La pareja anunció ayer su compromiso, aunque aún no habían compartido detalles sobre el lugar y la fecha.
El Castillo de Windsor, al oeste de Londres, es una de las residencias principales de la reina Isabel II. La capilla del siglo XV es más íntima que la Abadía de Westminster, donde el hermano mayor de Enrique, Guillermo, desposó a Kate Middleton en 2011.
Enrique, quinto en la línea de sucesión al trono, y Markle, una actriz estadounidense, son pareja desde hace un año y medio.
Markle, una activista de los derechos humanos y bloguera de vida y estilo que tuvo éxito en el mundo del espectáculo antes de enamorarse de Enrique, se convertirá en integrante de la familia real como esposa de una de las figuras más populares de la monarquía británica.
El príncipe Enrique –una vez conocido por payasadas de “chico malo”, especialmente tras ser fotografiado jugando al billar desnudo en Las Vegas– había dicho desde hace varios años que quería formar una familia y los rumores de su compromiso con Markle estaban volando desde hacía algún tiempo.
De alguna manera, Markle es un sorpresivo nuevo elemento de la monarquía británica: es hija de una mujer de raza negra y padre blanco, creció en California, es divorciada y trabaja como actriz de tiempo completo.
Sin embargo, la institución ha avanzado con los tiempos y el romance entre Markle y Enrique –quien ha repetido hasta el cansancio que desea llevar una vida tan “normal” como pueda– tiene una decidida y evidente característica moderna.