Cerca de 15,000 familias damnificadas por el huracán Harvey, que azotó la costa sureste de Texas a finales de agosto, corren el riesgo de pasar la Navidad lejos de su hogar, alojadas en hoteles, según los datos que maneja la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
Concretamente, 14.956 familias que vivían en las diferentes zonas afectadas por el ciclón y las posteriores inundaciones, mayoritariamente la ciudad de Houston (Texas), durmieron este lunes en uno de los más de mil hoteles que todavía hospedan a supervivientes dentro del programa Asistencia de Refugio Transitorio (TSA).
“El programa TSA brinda estadías cortas en hoteles a supervivientes que fueron desplazados de sus hogares y necesitan refugio mientras buscan vivienda a largo plazo”, señaló a Efe uno de los portavoces de la agencia federal, Robert Howard.
Las cifras de FEMA desvelaron también que Harvey impactó una superficie total de más de 107.480 kilómetros cuadrados, es decir, superior a la de los estados de Connecticut, Massachusetts, Nuevo Hampshire, Rhode Island y Vermont combinados.
Para hacer un poco más llevadera la estancia fuera de casa en Navidad de las decenas de miles de personas que todavía están desplazadas, varios grupos civiles y autoridades locales se encuentran organizando actividades para recoger juguetes, recolectando fondos para los afectados e incluso pidiendo a familias que “adopten” a familias afectadas para esas fechas.
“Nosotros ya hemos invitado a una pareja cubana de ancianos para que pasen la Navidad en nuestra casa, ya que el huracán Harvey dejó al hombre sin coche y, por consiguiente, sin trabajo”, explicó en declaraciones a Efe Araceli Arzate, cuya familia fue desplazada de su antiguo hogar por culpa del ciclón.
Así, Arzate, su marido -ambos indocumentados- y siete de sus nueve hijos tuvieron que abandonar su piso totalmente inundado a las afueras de Houston a finales de agosto para pasar varias semanas en un hotel hasta encontrar un nuevo lugar de residencia.
Ella y su familia recibieron una ayuda económica de United We Dream y Pantsuit Republic, organizaciones que recaudaron más de 85.000 dólares para ayudar a las familias indocumentadas sacudidas por el huracán.
“Elegí ayudar a este colectivo porque enfrentaron a la vez las políticas antiinmigrantes en Texas, la eliminación del programa de Acción Diferida (DACA) y el huracán Harvey sin recursos federales disponibles para ellos”, dijo a Efe Dona Murphey, fundadora de Pantsuit Republic.
Por otro lado, está el caso de Rand Henderson, sheriff del condado de Montgomery (Texas), que decidió organizar una campaña de recogida de juguetes para los niños afectados dentro de su departamento y otros entes públicos locales.
En este condado, de casi 300.000 habitantes según el censo oficial, cinco personas perdieron su vida y centenares de casas fueron total o parcialmente destruidas.
Otras organizaciones, como Orphan Care Solutions of Texas, inició una campaña en línea para conectar a familias necesitadas con gente con capacidad para cumplir con sus deseos navideños.
De este modo, una familia damnificada puede pedir aquello que necesite -desde ropa o juguetes para los pequeños de la casa, hasta camas y automóviles- y luego la gente puede decidir donar los objetos en sí o dinero para alcanzar el reto.
El ciclón Harvey dejó 88 muertos y decenas de miles de desplazados en el sureste de Texas, que recibió el impacto del huracán de categoría 4 (de un máximo de 5) y sufrió “históricas inundaciones” a finales de agosto de este año.