Después de más de tres años de cruentos combates, Irak anunció hoy que la lucha contra el grupo Estado Islámico ha terminado, luego que las fuerzas de seguridad del país expulsaran a los extremistas de todo el territorio que alguna vez controlaron.
Sin embargo, varios funcionarios iraquíes y estadounidenses advirtieron que a pesar de la victoria militar siguen existiendo desafíos clave.
El primer ministro Haider al-Abadi anunció formalmente la victoria en un discurso pronunciado hoy por la noche en la televisión estatal iraquí.
“Honorables iraquíes, su tierra ha sido liberada completamente”, aseguró. “El sueño de liberación se ha convertido en realidad. Alcanzamos la victoria en circunstancias difíciles y prevalecimos con la ayuda de Dios, la firmeza de nuestro pueblo y la valentía de nuestras fuerzas heroicas”.
En el verano de 2014, combatientes de la milicia radical tomaron casi un tercio del territorio iraquí, incluida Mosul, la segunda ciudad más grande del país.
En los últimos tres años y medio, fuerzas terrestres iraquíes _con apoyo de una coalición que lidera Estados Unidos_ han retomado todo el territorio que llegaron a controlar los extremistas, aunque el grupo conserva la capacidad de lanzar ataques insurgentes en Irak. El grupo también se ha recuperado de anteriores recaídas.
En noviembre, las fuerzas iraquíes retomaron la última ciudad en manos del grupo: Rawah, cerca de la frontera con Siria. Durante las semanas siguientes, las fuerzas iraquíes continuaron despejando zonas rebeldes en los vastos desiertos occidentales del país.
En la victoria más significativa sobre los extremistas, las fuerzas iraquíes retomaron Mosul a principios de año. Al-Abadi declaró que la lucha concluyó en julio, pero los enfrentamientos continuaron en la ciudad en las siguientes semanas.
Irak enfrenta ahora el desalentador desafío de la reconstrucción. Los enfrentamientos causaron una devastación masiva en muchas áreas y unos 3 millones de iraquíes siguen desplazados.