Cuatro palestinos murieron y decenas más resultaron heridos al enfrentarse con militares israelíes el viernes al prolongarse el malestar provocado por el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.
Luego de las oraciones del viernes, grupos de palestinos incendiaron neumáticos y arrojaron piedras a los soldados, que respondieron con gases lacrimógenos y munición de guerra en Cisjordania y la frontera con Gaza.
El vocero del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf al-Kidra, dijo que 82 palestinos sufrieron heridas durante choques en dos puntos de la frontera del territorio con Israel.
Agregó que dos hombres fallecieron por disparos en la cabeza y que cinco de los lesionados están graves. Uno de los muertos fue identificado como Ibrahim Abu Thraya, de 29 años, un hombre discapacitado que tenía ambas piernas amputadas.
El mando militar israelí informó que “miles de agitadores palestinos” rodaron neumáticos en llamas y lanzaron rocas y petardos a las fuerzas de seguridad, quienes respondieron con gas lacrimógeno y también “dispararon selectivamente hacia los principales instigadores”.
La policía israelí dijo que un palestino fue herido a tiros tras apuñalar a un agente en Ramalá, Cisjordania. El vocero Micky Rosenfeld dijo que el agente sufrió heridas moderadas. El agresor fue evacuado por la Media Luna Roja y se desconocía su estado.
La policía investiga denuncias de que el palestino llevaba un chaleco explosivo o portaba un artefacto explosivo falso, dijo Rosenfeld.
Los choques han sucedido desde que Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel la semana pasada. La milicia Hamas, que gobierna Gaza, ha convocado a una nueva insurrección armada contra Israel en respuesta a la declaración de Trump.
Con su anuncio, Trump se apartó de la posición estadounidense que sostuvo durante décadas que el estatus de Jerusalén se debía resolver en negociaciones. Las protestas se han multiplicado en varios países árabes y musulmanes de la región.
En Jerusalén oriental se encuentran sitios sagrados judíos, cristianos y musulmanes y el estatus del lugar es el centro del conflicto.
Los palestinos reclaman Jerusalén oriental, del que Israel se apoderó en la guerra del Medio Oriente en 1967, como la capital de su futuro estado. Israel dice que toda la ciudad es su capital eterna.