Las proyecciones para Puerto Rico desde la Academia no son alentadoras, si no se implementa un plan a corto plazo que ayude a minimizar el impacto de la crisis económica y el embate del huracán María, que empeoró la ya deteriorada situación. Ayer, el doctor Héctor Cordero-Guzmán, invitado especial de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), se sumó a la lista de académicos que ha venido ideando recomendaciones que van desde el aspecto más técnico en términos de economía, hasta el detalle más humano en cuanto a las comunidades más vulnerables.
En su conferencia: Los impactos del Huracán María en las poblaciones más desventajadas y de bajos ingresos en Puerto Rico, dictada ayer en el principal centro docente del país, Cordero-Guzmán –profesor en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Nueva York en Baruch College– compartió algunas observaciones y recomendaciones que, a su entender, resultan imperativas para acelerar la recuperación y evitar las peores consecuencias. Enfocar los recursos en las comunidades más vulnerables y proveer un apoyo adicional a dichos sectores debe ser prioridad, apuntó el profesor.
El académico criticó que a nivel de Gobierno Central no ha habido un esfuerzo para identificar a las comunidades más vulnerables y concentrar ahí más ayudas. El doctor indicó que en Puerto Rico un 46 % de la población está bajo el nivel de pobreza, lo que representa el sector en vulnerabilidad socioeconómica. Pero ese sector vulnerable alcanzaría hasta un 69.1%, al sumar otros factores como impedimento físico, menor de edad en el caso contrario, mayor de 65 años.
“Tiene que haber un esfuerzo específico y concienciado de atender las necesidades de las poblaciones de escasos recursos, tiene que haber un esfuerzo adicional de identificación y de acceso a esas comunidades, no simplemente procesarlo todo como si todas las comunidades fueran iguales, porque no todas las comunidades son iguales”, expresó en entrevista con Metro.
Asimismo, señaló que entre las estrategias de desarrollo económico que impulsa el Gobierno Central, no haya planes de desarrollo económico a nivel comunitario. “No se le están dando herramientas a las comunidades para desarrollar su propia economía”, opinó.
De otra parte, Cordero-Guzmán estimó entre un 25 % y 30 % la población en Puerto Rico que no cuenta con un título de propiedad, una realidad que está dejando a miles de personas sin ningún tipo de ayuda para reconstruir o restaurar su hogar, luego del huracán María.
“Esas personas tienden a ser la gente en los barrios y las comunidades más pobres, más aisladas, entonces esas comunidades como no tienen los títulos de propiedad, no tiene acceso a programas de apoyo específico”, indicó, al tiempo que instó a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), a no discriminar y buscar alternativas junto al gobierno estatal para brindar apoyo a esas familias que no tiene título de propiedad, “en vez de insistir en su regla”.
La acción urge, apuntó el profesor, para evitar además un acelerado decrecimiento poblacional que su vez está provocando que en la isla sea cada vez mayor el sector de la población adulta mayor, un sector ya vulnerable. De acuerdo al académico, “si la economía no da signos de mejorar, el efecto no va a ser quizás en cifras tan astronómicas como en los meses después de María, pero va a continuar un ritmo acelerado de migración”.
La advertencia surge justo un día después de que el gobierno estimara en un 11.2 % el decrecimiento económico para el año fiscal 2018, en el borrador de su Plan Fiscal.
El profesor estimó entre 10 mil y 12 mil la cantidad de residentes que continuaría abandonado la isla mensualmente. Antes del paso de los huracanes Irma y María, el ritmo de migración ya alcanzaba cifras alarmantes, con entre 6 mil y 7 mil partidas mensuales, sin regreso a Puerto Rico.
“Si comparamos la pérdida de población en Puerto Rico con otros lugares, solo se ha visto una pérdida tan alta en lugares donde ha habido una hambruna severa, un conflicto bélico severo o un colapso económico severo y en Puerto Rico es el tercer caso”, indicó.
De hecho, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimó en el 2015, que la población de Puerto Rico se reduciría a 3.4 millones en el año 2030, pero la isla ya alcanzó esa cifra. Respecto al proceso de reconstrucción, Cordero-Guzmán enfatizó en la trasparencia.
“Para que haya un esfuerzo de reconstrucción que verdaderamente sea eficiente, tiene que haber una entidad que se encargue de la reconstrucción que tenga trasparencia y que tenga independencia”, apuntó. “Se debe evaluar su gestión y su resultado de forma científica, no se le puede dejar al aparato político y politiquero ser el mecanismo de distribución de ayuda, la ayuda tiene que distribuirse por mecanismos que utilicen como criterio la vulnerabilidad y la necesidad y que opere de una forma trasparente donde haya rendición de cuentas”, añadió el profesor.