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Junta de gobierno AEE adopta nueva visión

La junta de gobierno de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) anunció que durante su reunión regular de ayer adoptó formalmente una nueva visión para el futuro energético de Puerto Rico, con el objetivo de adaptar sus esfuerzos al plan de privatización anunciado por el gobernador Ricardo Rosselló.

“Nuestro objetivo no es sólo salir de la bancarrota y la restauración de la electricidad, sino establecer un modelo de generación y distribución de energía en Puerto Rico que establezca un ejemplo global de costos, resiliencia, sostenibilidad y participación y empoderamiento del cliente”, aseguró Ernesto Sgroi Hernández, presidente del ente rector de la AEE.

Agregó que la privatización de la entidad “es un paso clave hacia su recuperación a corto y mediano plazo y es indispensable en su transformación a largo plazo”.

La “visión de futuro” del sistema eléctrico se desarrolló con la participación amplia del Consejo Asesor de Transformación (TAC) de la AEE, un grupo de ejecutivos de la industria de servicios públicos y líderes de pensamiento que ofrecen su tiempo como voluntarios para proporcionar orientación al equipo directivo y administrativo de la AEE.

David Owens, presidente del TAC y exvicepresidente ejecutivo del Edison Electric Institute, dijo que “el tema de la transformación se está discutiendo por las empresas de servicios públicos de los Estados Unidos”.

El TAC proporciona un método para que la Autoridad tenga acceso a las mejores perspectivas en su clase sobre cómo está cambiando el modelo de negocio de servicios públicos.

Cris Eugster, copresidente del TAC y director principal de operaciones de CPS Energy en San Antonio, Texas, agregó que “nos complace apoyar a Puerto Rico en su camino hacia convertirse en una utilidad del futuro sostenible y enfocada en el cliente”.

La nueva visión se sostiene sobre cinco pilares fundamentales:

El sistema está centrado en el cliente, a quien sirve con energía asequible y confiable, con métricas transparentes para la calidad del servicio y con una consideración equitativa entre todos los clientes.

La calidad y confiabilidad del servicio se puede ajustar a la necesidad de cada cliente conforme sus objetivos de costo total y riesgo. Los productos innovadores y servicios de valor agregado, que ofrecen opciones de planes de tarifas y de control de riesgos, y que brinden acceso a opciones de contratación al por mayor para clientes de alto consumo, resultan atractivos para los clientes.

A su vez, estos cuentan con alternativas de eficiencia energética, control del consumo (demand management) y generación distribuida, con la posibilidad de convertirse en productores, si así lo desean.

El sistema promueve la viabilidad financiera. Las tarifas son razonables, ya que crean valor para el cliente y son suficientes para cubrir los costos. Esto constituye un modelo de economía positiva tanto para la empresa como para los clientes. Las tarifas y el diseño del mercado crean incentivos para comprar, consumir o producir energía de una manera que beneficie a todo el sistema.

Los subsidios se minimizan y los que permanecen, tienen un impacto no distorsionador. La excelencia operacional y la buena planificación a largo plazo reducen el costo de servicio. Las tarifas son asequibles dentro de un modelo que permite a la empresa obtener una tasa de rendimiento razonable y pagar su deuda.

El modelo comercial es robusto frente a cambios como la emigración y la reducción en la demanda de energía, y no desincentiva la adopción de recursos energéticos más económicos, ya sea a nivel de la red o en las instalaciones del cliente.

El sistema es confiable y resiliente. La red energética estará cuidadosamente planificada, bien mantenida y operada de forma segura para lograr esos objetivos. Habrá visibilidad en el sistema en todos los niveles y control cuando sea apropiado.

Los estándares de recuperación crearán una medida para la resiliencia. El diseño del sistema (distribuido vs. regionalizado vs. centralizado) se hará con el propósito de balancear la confiabilidad, resiliencia y los objetivos de costos, al mismo tiempo que se aprovecharán los adelantos tecnológicos.

El sistema energético es un modelo de sostenibilidad. Habrá un enfoque progresivo en la diversificación de los recursos energéticos y la reducción de la intensidad de carbono del sector energético, tanto en generación primaria como en generación de reserva.

La generación de energía será eficiente y reducirá las emisiones de contaminantes atmosféricos. Los clientes tendrán incentivos para usar la energía de forma eficiente y generar su propia energía limpia.

Además, tanto las redes como los sistemas de redes estarán diseñados para aprovechar al máximo las opciones de generación de energía renovable, que son cada vez más rentables, y se integrarán las tecnologías emergentes.

El sistema eléctrico servirá como motor de desarrollo económico para Puerto Rico. La calidad, confiabilidad y costo de la energía atraerán nuevos desarrollos comerciales e industriales a Puerto Rico y alentarán a los clientes comerciales e industriales existentes a expandir sus operaciones.

La transformación y reinversión en el sistema energético creará empleos nuevos. La innovación en la generación y la distribución de energía crearán un ambiente local favorable de negocios que cubrirá las necesidades cambiantes de equipos, tecnología y servicios en Puerto Rico.

Para lograr esta visión, la junta de gobierno de la AEE trabaja estrechamente con el gobernador para promulgar reformas en la estructura general de la industria y transformar la AEE.

“Junto a un marco legal y regulatorio para la industria de servicio público privatizada, es necesario crear un marco desde el que esta industria pueda coexistir con una amplia gama de opciones enfocadas en los clientes, tales como los microgrids, que compran y venden energía a la red. Esta reforma debe ser parte de un esfuerzo único y coordinado” explicó Sgroi.

Todd Filsinger, asesor financiero principal de la AEE, dirigirá el esfuerzo de continuar con el desarrollo del plan de transformación, coordinando con la Oficina del Gobernador, con la Junta Supervisión Fiscal, la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal de Puerto Rico, así como con otras partes interesadas.

Además, como parte de la transformación, la AEE desarrolla un Plan Integrado de Recursos actualizado, que será uno de los elementos del futuro energético de Puerto Rico.

Actualmente, la junta de gobierno de la AEE se encuentra en medio de un proceso de búsqueda de un nuevo director ejecutivo “de calibre mundial” para la corporación pública. Una vez se designe, será responsable de la ejecución y transformación de la AEE en una empresa de futuro enfocada en el cliente, concluye el comunicado.

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