Tras una semana de controversias, Rusia reconoció el jueves que cinco de sus ciudadanos murieron en Siria posiblemente a causa de un ataque aéreo de Estados Unidos, la primera ocasión en la que esto sucede.
La vocera de la cancillería rusa, Maria Zakharova, destacó que los cinco no eran militares.
“De acuerdo con la información preliminar, cinco personas, presumiblemente ciudadanos rusos, habían muerto en combate, en circunstancias que aún se busca aclarar”, dijo Zakharova en conferencia de prensa. “Otros resultaron heridos, es necesario verificar si son ciudadanos de Rusia o de otras naciones”.
Antes del jueves, funcionarios tanto rusos como estadounidenses decían que no tenían información sobre bajas rusas en los sucesos del 7 de febrero, cuando fuerzas partidarias del gobierno sirio atacaron posiciones de los combatientes kurdos respaldados por Washington en la provincia petrolera de Deir el-Zour, lo que provocó un feroz contraataque estadounidense.
Zakharova se negó a describir cómo murieron los rusos y dijo que las circunstancias estaban en estudio, pero su declaración fue equivalió a un reconocimiento oficial de que las víctimas formaban parte de la fuerza que avanzó contra las posiciones de los combatientes que cuentan con apoyo estadounidense.
Es la primera vez que efectivos rusos y estadounidenses se enfrentan directamente en combate en Siria, algo que los dos países se han esforzado por evitar.
La prensa y las redes sociales rusas hierven con informes del combate y descripciones de cómo los aviones estadounidenses diezmaron a los contratistas militares privados que intentaron tomar el control de una fábrica de aceite cerca de Kusham. Algunos informes dicen que las bajas rusas superan las 200, y un coro creciente de políticos, comentaristas y blogueros han criticado al Kremlin por no reconocerlas.
En tanto, el Ministro de Defensa de Turquía pidió a su homólogo estadounidense que Washington retire su respaldo a los combatientes sirios kurdos y los saque de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), un grupo que lucha contra la milicia radical Estado Islámico apoyado por Estados Unidos.
Nurettin Canikli explicó a Jim Mattis que el apoyo estadounidense a la milicia siria kurda, conocida como YPG, ha ayudado a los rebeldes kurdos en Turquía a “crecer y fortalecerse”, por lo que suponen una creciente amenaza “existencial” al país, dijo el funcionario el jueves desde Bruselas en unas declaraciones que fueron transmitidas en vivo por televisión.
Canikli dijo que presentó documentos a Mattis que mostraban vínculos “orgánicos” entre YPG y los rebeldes kurdos en suelo turco.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, visitará Ankara más tarde el jueves para discutir las crecientes tensiones entre las dos naciones aliadas en la OTAN.