La atención que se está prestando en todo el mundo al acoso y al abuso sexual y el castigo a algunos hombres poderosos que eran vistos como “intocables” es un momento importante, pero es solo “la punta del iceberg”,afirmó ayer Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora de ONU Mujeres, agencia de las Naciones Unidas que promueve la igualdad de la mujer.
Esto se debe a que el número de mujeres que denunciaron su situación es pequeño y el número de agresores que se han destapado es limitado en comparación con los que no han sido expuestos, afirmó Mlambo-Ngcuka.
En una entrevista con The Associated Press, un día antes del Día Internacional de la Mujer, la directora dijo que en el futuro inmediato hay al menos una posibilidad de reducir y detener los abusos porque quienes los cometen saben que “realmente hay una posibilidad de que tu víctima lo pueda contar”.
“Este es un punto de inflexión y un momento crítico para todo el mundo”, señaló la directora ejecutiva de ONU Mujeres. “Y lo que debemos custodiar es que ese péndulo no oscile hacia atrás”.
Es necesario un seguimiento para que todas las instituciones comuniquen a sus empleadas cuáles son sus derechos, para que sepan cómo reportar cualquier violación y para que tengan claro que “se les creerá y no terminarán siendo juzgadas ellas”.
Mlambo-Ngcuka destacó que aunque los reflectores se han posado sobre hombres poderosos de Hollywood, del mundo empresarial y los escalones más elevados de la sociedad, el acoso y el abuso sexual predominan en todo el mundo desde fábricas y granjas a autobuses, trenes y viviendas particulares.
Y ningún país en el mundo ha alcanzado la igualdad de género, agregó.
Incluso en Islandia, que se acerca y tiene los “niveles más altos de concienciación sobre igualdad de género, la violencia contra las mujeres es un problema, la desigualdad salarial es un hecho y la infrarrepresentación de las mujeres en la toma de decisiones es un hecho”, dijo Mlambo-Ngcuka.
“Esto es lo mismo por lo que estamos luchando en India, en Sudáfrica, en Estados Unidos”, apuntó. “Todos eses países no valoran a las mujeres del modo en el que valoran a los hombres”.
Y 150 naciones tienen al menos una ley que discrimina a las mujeres, agregó.
El lema del Día Internacional de la Mujer es “Ahora es el momento: activistas rurales y urbanas transformando las vidas de las mujeres”. Para mantener la atención del mundo en el movimiento #MeToo, Mlambo-Ngcuka dijo que sus defensoras han sido invitadas a participar en los actos programados el jueves en la sede de Naciones Unidas.
“Se trata de hablar sobre la globalización de la sororidad”, apuntó agregando que cuando se dice MeToo (Yo también), se dice tanto del acoso en Hollywood como en un tren en Bombay.
“Cuando un agresor se planta ante ti y te ataca, seas una celebridad o una mujer normal en una aldea, la violación y la humillación que sientes es la misma”, dijo. “Lo que tenemos en común, cuando un agresor me ataca, o ataca a alguien ya sea una reina o una mujer en una barriada, (es que) ante los agresores todas somos iguales”.
“Y por lo que tenemos que luchar es por una sociedad y una generación de hombres, de todo tipo, de toda clase y de todos los países, que no sean violadores”, apuntó Mlambo-Ngcuka.
Mlambo-Ngcuka, natural de Sudáfrica, dijo que abordar el acoso sexual y los abusos y lograr la igualdad de la mujer tomará años, y que queda mucho trabajo por hacer en todos los países.
ONU Mujeres trabaja también con hombres y chicos, una labor clave para cambiar las normas, actitudes y prácticas culturales, desde poner fin al matrimonio infantil y golpear a las esposas a aceptar que pueden ser socios de una mujer, señaló la responsable de la agencia.
La entidad colabora con la Unión Europea en el cambio de leyes discriminatorias, aumentando el número de voces femeninas en el proceso de toma de decisiones y haciendo que la policía investigue los delitos contra las mujeres.