WASHINGTON – El joven y ambicioso príncipe heredero de Arabia Saudí tiene una agenda ambiciosa: modernizar su reino conservador, debilitar las cartas de Irán en Medio Oriente y, esta semana, rehabilitar la imagen de su país ante los ojos de los estadounidenses.
El príncipe heredero Mohammed bin Salman, hijo del rey Salman y heredero de su trono, iniciará una gira por Estados Unidos con una parada en Washington, donde se reunirá con el presidente Donald Trump el martes. Él tendrá reuniones separadas con una serie de funcionarios estadounidenses influyentes como los secretarios de Defensa, del Tesoro y Comercio, el jefe de la CIA y líderes del Congreso de ambos partidos.
El yerno de Trump, Jared Kushner, y el enviado de la Casa Blanca Jared Greenblatt, quienes están preparando el bastante esperado plan de paz para el Medio Oriente, también cenará con el príncipe heredero el martes, dijo la embajada saudita en Washington.
La visita ocurre cuando Estados Unidos y la mayor parte de Occidente siguen tratando de entender al príncipe Mohammed, mejor conocido por sus iniciales MBS, cuyo programa nacional de cambios sociales de gran alcance y creciente firmeza saudí en el extranjero ha cambiado drásticamente décadas de gobierno tradicional en Arabia Saudita.
El príncipe heredero de 32 años también tiene grandes planes económicos, y durante las más de tres semanas se reunirá con empresarios en Nueva York, expertos en tecnología de Google y Apple en San Francisco, y peces gordos del mundo de la farándula en Los Ángeles. Pasará también por Boston y Houston.
“Esta no es la Arabia Saudí de verdad”, dijo el príncipe Mohammed cuando CBS News le preguntó sobre la versión represiva de Islam con la que muchos extranjeros asocian al reino. Él dijo que iba a restaurar la sociedad más tolerante, igualitaria anterior a la que instalaron los ultraconservadores a partir de 1979.
