La población iraní recibe el nuevo año persa 1397 preocupada por la economía del país, que no termina de despegar y que puede verse afectada por la decisión que tome el presidente estadounidense, Donald Trump, sobre el acuerdo nuclear y si decide abandonarlo o no. Aunque cumplieron con las tradiciones del “Noruz” o año nuevo y celebraron su llegada en familia, muchos iraníes consideran que hay poco que festejar hoy en el día 1 del mes de Farvardin, el primero del calendario persa, pese a las promesas de las autoridades. Tanto el líder supremo iraní, Ali Jameneí, como el presidente, Hasan Rohaní, aseguraron anoche, pocos minutos después de que diera comienzo oficialmente el 1397, que Irán ha conseguido frustrar los planes y las amenazas de los “enemigos”, en alusión a Estados Unidos y Arabia Saudí. Jameneí subrayó que esas amenazas “no dañaron el país” y fueron convertidas en “oportunidades”, en un discurso con motivo del “Noruz” en el que designó como lema del año entrante “apoyar el producto iraní”. El presidente estadounidense sembró ayer nuevas dudas sobre el futuro del pacto durante una reunión con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, otro acérrimo enemigo de la República Islámica. “Habrá que volver a evaluar el acuerdo en un mes, veremos lo que ocurre”, dijo Trump, quien denunció las políticas regionales de Irán y que en ese país “están pasando muchas cosas malas”.