El administrador regional de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, siglas en inglés), Pete López, informó que culminará el próximo 13 de abril el recogido de desperdicios domésticos peligrosos en la Isla, que ya suman casi un cuarto de millón de artículos.
“En total, la EPA ha recogido casi un cuarto de millón de artículos. El volumen que se recoge ha disminuido drásticamente y la necesidad de este servicio está llegando a su fin. La EPA, en conjunto con funcionarios del gobierno local, terminará su recogido de desperdicios domésticos peligrosos en muchas áreas de Puerto Rico el 13 de abril”, señaló López.
Añadió que la EPA está coordinando eventos de recogidos especiales de un solo día en ciertos lugares hasta el 22 de abril.
“La EPA está efectuando una transición de la respuesta inmediata hacia la recuperación a largo plazo y nuestro programa de desperdicios domésticos peligrosos en todo Puerto Rico ha ayudado a muchas personas a desechar correctamente los artículos potencialmente peligrosos que pueden tener almacenados en sus hogares”, declaró.
La EPA está recogiendo desperdicios domésticos peligrosos, artículos electrónicos y contenedores abandonados, los cuales incluyen drones, tanques, recipientes y cilindros que se encontraban flotando en cuerpos de agua o en su cercanía.
En Puerto Rico, se han recogido aproximadamente 248,100 drones, tanques de propano, cilindros y otros contenedores que se ha evitado terminen depositados en los vertederos o rellenos sanitarios.
Los desperdicios domésticos peligrosos incluyen latas de aerosol, detergentes domésticos y sustancias químicas, pintura y artículos electrónicos como computadoras y televisores.
Los materiales domésticos peligrosos también abarcan baterías o pilas, que han pasado a ser una importante preocupación debido al gran volumen de baterías que utilizan los residentes que no tienen servicio de electricidad.
Los desperdicios domésticos peligrosos no se deben descartar junto con la basura normal, ya que pueden contaminar terreno, cuerpos de agua y agua subterránea.
En la mayoría de los municipios en Puerto Rico, hay centros de acopio para los desperdicios domésticos peligrosos, donde los residentes deben dejar sus materiales peligrosos.