En lo que denominó “un crimen cultural y al patrimonio del país”, el representante de la Cámara de Representantes, Denis Márquez Lebrón, denunció la destrucción de un mural realizado hace 52 años por el artista plástico puertorriqueño Antonio Torres Martinó (1916-2011) en la Escuela Julia de Burgos, en Carolina, recién cedida por un dólar a la Fountain Christian Bilingual School del pastor Otoniel Font.
El representante del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) presentó la resolución 872 para ordenar a la Comisión de Educación Arte y Cultura de la Cámara de Representantes a realizar una investigación sobre la destrucción del mural de Torres Martinó.
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“Se acaba de cometer un crimen contra el patrimonio cultural de Puerto Rico y el legado de nuestro pintor Torres Martinó”, afirmó en rueda de prensa junto a la profesora Margarita Fernández Zavala, coautora del libro “Voz de varios registros”, sobre la vida y obra del artista plástico.
Fernández Zavala alertó sobre el riesgo que corría la obra, acompañada del pintor Edgar Rodríguez Luiggi, quien aseguró que la obra podría restaurarse.
Márquez Lebrón realizó un energético emplazamiento a las partes involucradas, tanto agencias del gobierno como la entidad arrendataria, “a que rindan cuentas sobre este asesinato a las artes” y a la Cámara de Representantes para que apruebe ambas resoluciones.
El portavoz del PIP en la Cámara también sometió otra resolución, 302, para ordenar al Departamento de Educación a realizar un inventario urgente de las obras de arte, murales, pinturas y esculturas que son parte de las escuelas públicas y para que, en conjunto con el Instituto de Cultura Puertorriqueña, garantice su custodia, permanencia y protección “en las escuelas que están cerradas temporera o permanentemente”.