“Las enseñanzas no solo vienen de los libros; la enseñanzas vienen de las cosas que te pasan en la vida”. Con estas palabras Ganita, una de las residentes del hogar Kasamía en Río Piedras, nos lleva a reflexionar sobre la importancia de aprender de nuestros ancianos.
Por cuarto año consecutivo, Metro, en alianza con Arteaga & Arteaga, cede sus páginas a la población de la tercera edad en la edición especial “Real Characters, Letras para un Cambio”. El proyecto busca perpetuar los trazos de las personas de edad avanzada convirtiendo su escritura en tipografías únicas y plasmándolas en letras, con el propósito de destacar sus vidas y crear conciencia de que no podemos olvidar a esta población.
Conoce a los seis ancianos que nos prestaron sus letras:
Carmen Suárez Pagani: Estudió Ciencias Sociales y Trabajo Social en la Universidad de Puerto Rico. En su juventud disfrutaba los deportes al aire libre y compartir con otras personas. De sus trazos, compartió que “me dieron a escoger el tipo de letra y escogí una bien bonita. Yo cogí tres cursos de caligrafía en la Universidad del Sagrado Corazón. Yo hacia tarjetas postales a manuscrito y las vendía”. “Me gusta escribir, me gusta pintar y me gusta leer. Últimamente, escribí unos cuentos que me han gustado mucho”, describió Suárez de sus intereses.
Ramón Maldonado Rivera: Nació en Nueva York, pero se crio en Ponce. “A los 13 años era técnico de Rayos X. Mi mamá quería que yo fuera doctor y yo tenía otros planes. Fui atleta y jugué baloncesto superior con Yauco”, contó de su juventud. A Maldonado le fascina ayudar a la gente. “He hecho más cosas buenas que malas en la vida. Me he dedicado a ayudar al prójimo y siento un placer tremendo. Yo toco guitarra y creo que todavía puedo tocar buena guitarra”. De la experiencia de escribir sus trazos comentó: “Espero que estas letras sirvan para ayudar a alguien de cualquier forma. Escribí estas letras con mucho gusto”.
Ida García, quien estudió cosmetología, narró: “Lo más que me gustó de mi juventud fue cantar baladas profesionalmente. Me paso cantando con mis compañeros. Mi canción favorita es ‘Devuélveme el corazón’”.
La doradeña también contó que “hacía masajes y alisados… porque trabajé en una escuela de belleza. Trabajé mayormente en oficina, pero cuando no estaban las beatucian, pues tenía que hacer de todo”.
Dijo que cuando escribe, piensa en la paz espiritual. “En estas letras hay mucha paz.. porque hay que tener paz espiritual siempre”.
Jorge Coppín, quien se considera un romántico empedernido, escribió 16 libros de temas variados, novelas y poemarios. Dijo que comenzó a escribir desde los 18 años y trabajó como fotógrafo para la prensa en Nueva York, antes de ingresar en el Ejército de los Estados Unidos. “Comencé a escribir aventuras de detectives, y más que nada, me gustaba dedicar poemas a las mujeres”, expresó el simpático ponceño. Sobre la experiencia de trazar las letras, compartió: “Me gustó esta experiencia de escribir porque uno desarrolla habilidades. Para mí fue una ayuda porque hace tiempo que no escribía nada que me llevara mi mente a pensar en las cosas de antaño”.
Ganita Skapier: Nacida en Nueva York, lleva 20 años en Puerto Rico. Fue maestra de inglés. “Me encanta leer, cantar y escribí un cuento de un charco que era bien triste, porque nadie nadaba en él. Con ese cuento comencé a enseñar en Puerto Rico. Llevo 20 años en Puerto Rico y me encanta enseñar a los niños”, expresó Skapier. Lo más que disfrutaba del pan de la enseñanza es que cada niño es un ser diferente. Comentó que cada niño viene con un cuento aparte. “He aprendido en esta vida que uno no puede cambiar las cosas que le han pasado, pero también sé que yo he hecho algo bueno con los miles de niños a los que les he enseñado. Todo los días los recuerdo con todo mi corazón”, manifestó.
Carmen Dolores Pimentel González: Nació en Naguabo. Estudió Ciencias Secretariales en la Universidad de Puerto Rico. Pimentel González, quien aún se siente muy productiva, relató: “En la casa me gusta hacer de todo, y me siento mal, porque aquí (Hogar Kasamía) no estoy haciendo nada. Lo que me pongan a hacer, trato de hacerlo lo mejor que pueda”. De sus intereses mencionó la música romántica y el cine. “Me gusta la música, pero la música escogida, la música romántica, pero nada que sea como una lata”, manifestó. Y añadió: “Hace tiempo que no voy al cine, pero me gusta ver las películas que tengan una significación para mí, con un mensaje bonito, y eso me hace hasta cierto punto crecer, porque eso para mí es bien importante”.