Asistir a un centro de salud significa para muchos esperar más de dos horas para ser atendidos. A veces, este tiempo puede ser mayor tras ser derivados a otro. Muchas de estas derivaciones suceden porque nuestra preocupación no correspondía a una emergencia. ¿Sabemos realmente en que casos tenemos que ir a emergencias?
“Lo primero que debemos considerar es la diferencia entre urgencia y emergencia”, aclara la Dra. Muriel Ramírez, académica de la Universidad Católica del Norte, especialista y Magister en Salud Pública y actualmente Presidenta del Comité Científico del V Congreso de Salud Pública y VII Congreso de Epidemiología “Ciudadanía Construyendo Salud”, de Salud en Todas.
¿Qué es una urgencia?
“Urgencia corresponde a una situación de salud que se presenta repentinamente, sin riesgo de vida y puede requerir asistencia médica dentro de un período de tiempo razonable entre 2 o 3 horas”, explica la experta.
Algunos ejemplos de urgencias, son los cólicos renales o hepáticos, crisis de asma, diarreas, fiebre elevada, dolor de garganta u oído, sarpullido, bronquitis, dolor de cabeza y mareos, crisis nerviosa, entre otras molestias.
¿Qué es una emergencia?
“Emergencia, en cambio, es la situación de salud que se presenta repentinamente, y que requiere inmediato tratamiento o atención y lleva implícito una alta probabilidad de riesgo de pérdida de vida”, recalca Ramírez.
Como ejemplos de emergencia, se pueden considerar la pérdida de conocimiento, abundante pérdida de sangre, dificultad respiratoria prolongada, dolor intenso en la zona del pecho, convulsiones, electrocución, asfixia por inmersión, caídas desde alturas, accidentes de tránsito e intoxicaciones.
Ciudadanos responsables
Para comportarnos de manera correcta y solidarizar con el sistema de salud, debemos considerar que las unidades de atención en la red, están organizadas según estos conceptos. Muriel Ramírez aclaró el panorama en los siguientes seis puntos, para tener una atención más expedita y efectiva.