Rescatistas buscaban el miércoles más sobrevivientes.
Los temores de que lo que queda en pie del Puente Morandi pudiera derrumbarse también aumentaron.
Eso hizo que las autoridades ampliasen su orden de evacuación para incluir a 630 personas que viven cerca del puente carretero que fue separado en dos partes por el derrumbe de su sección central durante una intensa tormenta.
El derrumbe del tramo de 80 metros hizo que docenas de autos y tres camiones pesados cayeran al vacío desde una altura de 45 metros en un día cuando muchas familias se echaban a la carretera para el popular Ferragosto, como se conoce en Italia al feriado del 15 de agosto.
El puente, que databa de 1967, fue considerado entonces un elemento innovador por el uso de concreto en torno a sus cables, pero necesitaba mejoras, especialmente porque soportaba más tránsito del previsto por sus arquitectos.
En el Vaticano, el papa Francisco rezó el miércoles por las víctimas del accidente de Génova y expresó su “cercanía espiritual” con ellas, con los heridos y sus familias y con los cientos de residentes que tuvieron que desalojar sus casas en la zona.