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Comienza el juicio contra Aurea Vázquez Rijos con controversias y rumores

El juicio por asesinato por encargo contra Aurea Vázquez Rijos comienza mañana en el tribunal federal con la insaculación del jurado

El juicio por asesinato por encargo contra Aurea Vázquez Rijos comienza mañana en el tribunal federal con la insaculación del jurado y bajo ciertas controversias de los acusados con sus abogados y rumores de que alguno de los acusados podría “virarse” y servir de testigo de cargo.

Vázquez Rijos, su hermana Marcia, el excompañero de esta José Ferrer Sosa y el hermano de ambas, Chalbert, han sido involucrados en el asesinato de Adam Joel Anhang Uster, un judío multimillonario canadiense, el pasado 23 de septiembre de 2005, en la esquina de las calles Tetuán y Luna, en el Viejo San Juan, pocos minutos después de la medianoche, cuando se dirigían a recoger el vehículo luego de cenar en un restaurante del área.

Según evidencia en poder de la fiscalía federal, la cena fue propuesta por la propia Aurea para que, al regreso, fuese asesinado.

Ese día 23 de septiembre en la mañana Adam pretendía volver a presentar su demanda de divorcio. Un día antes le dijo a un amigo que temía por su vida.

El juicio contra la familia Vázquez Rijos ha venido posponiéndose desde el 2015, cuando Aurea, esposa de la víctima y principal acusada, llegó a Puerto Rico luego de ser arrestada en España. Esta vivía en Italia y no había regresado a la isla desde el 2006, excepto brevemente para deponer en el 2007 en su demanda contra el padre del asesinado, Abraham Anhang y su familia. Vázquez Rijos buscaba que se liberara la fortuna del difunto, lo cual no logró al desestimársele el caso.

El testigo principal del caso, Alex Pabón, reconoció que fue el asesino de Adam, y agregó que fue contratado por Aurea, Marcia y José en diversas reuniones.

Chalbert está acusado de facilitar la evasión y ocultación de Aurea en Italia al crear cuentas falsas para que esta dispusiera de dinero, y de perjurio.

Pabón espera sentencia por ese asesinato, del cual resultó erróneamente convicto Jonathan Román Rivera, quien tuvo que ser excarcelado.

Entre los rumores en los círculos de abogados es que Lydia Lizarríbar, abogada de Aurea, le recomendó a su cliente que hiciera una alegación por un delito menor, lo que desató la furia de Aurea. Esto mismo habría pasado con Marcia, quien ya cambió de abogado una vez.

Igualmente han circulado versiones de que alguno de los acusados podría terminar siendo testigo de cargo contra los demás acusados.

Aurea estuvo varios años residiendo en Italia, hasta que en un operativo entre el FBI y la policía española fue arrestada en el aeropuerto Barajas. Luego pasó otro año en lo que fue extraditada al territorio estadounidense de Puerto Rico.

Adam llegó a contratar servicios privados para que investigaran si su esposa le era infiel.

En su última mañana de su vida ambos fueron a terapia de familia en un intento de Adam de hacer menos contencioso el divorcio. Esa noche fue asesinado en la oscura esquina de la calle Luna con Tetuán.

El FBI investigó la muerte del canadiense, incluso después de la convicción de Jonathan por no creer que era el asesino. La policía estatal supo de Pabón pero no siguió esa pista. Esta crasa negligencia policial le costó bastante dinero al erario estatal, al ser demandados con éxito en la esfera federal por Román Rivera.

El inicio de este juicio tiene al menos un año de dilación, entre otras razones por cambios de abogado y falta de preparación de algunos miembros de la defensa, porque supuestamente no se había entregado toda la prueba a la defensa y además.

La muerte de Anhang ocurrió seis meses exactos después de su matrimonio y tres meses después de que se separara de su esposa y horas antes de que interpusiera nuevamente su demanda de divorcio por trato cruel e infidelidad.

Pabón fue arrestado en abril de 2008 por el FBI, acusado del crimen, hizo admisión de culpabilidad el 14 de junio de 2008 y es el principal testigo de cargo en el caso que, además, tiene también al menos una docena de otros testigos que abundarían sobre las intenciones de los acusados, y detalles de otra serie de encuentros que sostuvieron los alegados conspiradores antes y después del asesinato. Entre ellas varias cartas comprometedoras de Pabón a Aurea y Marcia, reclamando el dinero del asesinato, que nunca llegó a cobrar.

Después de 10 años exactos, aun no se le ha impuesto sentencia a Pabón, en espera de su testimonio en corte. En 33 días se cumplen 13 años del asesinato. 

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