Ayer en la mañana, nos levantamos con los mensajes que el presidente Trump publicó en Twitter negando las cifras de muertes del huracán María. Dichos mensajes causaron indignación automática en las redes sociales y con razón. No obstante, tenemos que ser conscientes de que eso es precisamente lo que busca el presidente. Si hay alguien que entiende bien cómo opera el mundo de las comunicaciones y de las redes, es Trump. Según el profesor de la Universidad de Berkeley, George Lakoff, Trump es estratégico en su uso de redes sociales. Señala Lakoff que Trump escribe tuits con uno de estos propósitos: enmarcar preventivamente un asunto, desviar la atención de un asunto a otro, medir la tolerancia del público y atacar a los medios y ser él la única fuente de la verdad. En el caso de los tuits acerca del huracán María, me parece que es una mezcla de los últimos dos.
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El presidente pasa su día entero viendo Fox News y pendiente a Twitter. Por ello, estoy segura de que ayer vio las imágenes que le dieron la vuelta al mundo sobre las botellas de agua que FEMA dejó a la intemperie en Ceiba. Al salir estas fotos, los usuarios rápidamente empezaron a echarle la culpa de esas fotos a Trump y su gobierno, por lo que Trump respondió, ¡y de qué forma! Él nos atacó, por donde más nos duele a los boricuas: con nuestro luto colectivo. Sabía que sus tuits causarían una reacción visceral y ello es precisamente lo que Trump busca. De esta forma, esos tuits se esparcen como la pólvora hasta que las mentiras del presidente Trump se hacen verdad. Es decir, se le da tanta mención al hecho de que el presidente está negando las muertes a causa de María que, irónicamente, estas muertes pueden darse por falsas en la mente de muchos.
Peor aún, el presidente es muy cruel, porque sabe que puede tuitear sobre Puerto Rico y causar indignación sin mayores repercusiones. En su mente política, los boricuas no tenemos vehículos para defendernos y nos ataca como todo un bully. Humilla a una población que lo único que puede hacer es quejarse, ya que ni podemos votar en su contra ni estamos representados con votos en el Congreso. No es la primera vez que el presidente enfila sus cañones contra poblaciones indefensas. Lo ha hecho contra inmigrantes, contra mexicanos, contra musulmanes etc. En fin, el presidente es todo un estratega en el arte de insultar a los que poco pueden hacer para defenderse. No obstante, creo que los puertorriqueños tenemos un arma secreta.
Se calcula que, en Estados Unidos, hay más de 5.5 millones de puertorriqueños viviendo. Hay más puertorriqueños en los estados continentales que en Puerto Rico mismo. Tras el paso del huracán María, el éxodo de boricuas de la isla hacia Estados Unidos se incrementó aún más. El Centro de Estudios de Puerto Rico de la Universidad de CUNY calcula que, cerca de 135 mil boricuas, abandonaron la isla después de María, para mudarse a uno de los estados. Estos números, para efectos de la pérdida poblacional de la isla, sin duda son alarmantes. No obstante, aquí esta nuestra gran oportunidad de defendernos de Trump. Si cada boricua adulto que vive en la isla se compromete a llamar a un solo familiar que haya abandonado la isla —ya sea a causa de María o por alguna otra razón— para convencerlo de que se registre para votar en Estados Unidos y se asegure de que dicha persona vote, podemos parar al presidente.
El próximo 6 de noviembre son las elecciones de medio término en Estados Unidos. En dichas elecciones se juega el que Trump mantenga el control del Congreso. No obstante, si cada puertorriqueño/a se compromete a conseguir que un boricua en USA vote en contra de los candidatos republicanos, y ayudar a que, así, Trump pierda control del Congreso, otra será nuestra historia. El presidente se dará cuenta de que los puertorriqueños somos un bloque político poderoso y que tenemos herramientas efectivas para defendernos de sus humillaciones y hasta de sus horribles tuits.