Luego de un largo fin de semana preguntándose si debía renunciar o iba a ser despedido, el subsecretario de Justicia de Estados Unidos Rod Rosenstein conserva el cargo… por el momento.
El presidente Donald Trump le dio a Rosenstein un lapso de tres días en espera de su reunión cara a cara en la Casa Blanca el jueves. Ese día el hombre que supervisa la investigación Trump-Rusia responderá a reportes de que discutió la posibilidad de grabar secretamente a Trump y la de usar una enmienda constitucional para sacarlo del puesto.
La revelación de que Rosenstein había mencionado la idea de grabar a Trump desató un fin de semana de conversaciones en las que el subsecretario ofreció su renuncia a un funcionario y le dijo a otro que estaba pensando en hacerlo, de acuerdo con dos personas familiarizadas con las discusiones, que hablaron a condición de anonimato.
Tras rechazar los reportes, Rosenstein llegó el lunes a la Casa Banca esperando ser despedido, de acuerdo con otra persona, que habló también a condición de preservar el anonimato. Allí, tras reunirse con el jefe de despecho John Kelly y hablar por teléfono con Trump, el asunto de su futuro quedó aplazado hasta la reunión en persona del jueves.
La vocera de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders dijo el martes en el programa de la ABC “Good Morning America” que Trump “confía en el sistema”, pero no especificó qué sucederá cuando los dos hombres de reúnan.
La posición de subsecretario de Justicia es usualmente de una prominencia pública relativamente baja en Washington, pero Rosenstein ha asumido una especial importancia dado su nombramiento del fiscal especial Robert Mueller para investigar posibles lazos entre Rusia y la campaña de Trump en el 2016.
Su despido o renuncia crearía incertidumbres inmediatas sobre el futuro de una pesquisa que Rosenstein supervisa y colocaría esa responsabilidad en manos de alguien que los demócratas temen será menos respetuoso de la independencia y el mandato de Mueller. Incluso algunos republicanos y colaboradores de Trump han advertido desde hace meses que el despido de Rosenstein pudiera llevar a un juicio político del presidente.