La economía de Puerto Rico podría recibir una inyección de unos $6 trillones durante los próximos 10 años gracias al programa de Zonas de Oportunidades, un proyecto ideado por el Departamento del Tesoro federal.
La cifra estimada por el secretario de la gobernación, Raúl Maldonado, está estrechamente relacionada con la voluntad de inversión que tengan los empresarios privados en Estados Unidos y a nivel local a través de esta ley, que también aplica a los demás estados y sus territorios.
“El programa de Zonas de Oportunidades es la herramienta de desarrollo económico más importante en la próxima década en Puerto Rico”, explicó Maldonado y adelantó a Metro que durante esta semana estará realizando una segunda presentación a ejecutivos de Wall Street, para destacar los demás alivios contributivos ya existentes en la isla y que pueden ser complementados con esta ley.
“La particularidad que tendría Puerto Rico a los demás estados es que en Puerto Rico se unen estos beneficios a otros decretos contributivos que ya existen”, indicó Maldonado quien también ocupa la silla de principal oficial financiero del Gobierno.
A través de esta iniciativa federal, los inversionistas podrán diferir el pago de sus contribuciones por ganancias de capital, siempre y cuando las ganancias estén destinadas a proyectos de desarrollo económico en las zonas de oportunidad.
“Toda la isla está designada como zona de oportunidad. Le vamos a dar los mismos beneficios al local y al extranjero”, indicó Maldonado acerca de la iniciativa que ofrece incentivos tributarios para inversionistas por un plazo de cinco, siete o 10 años, si continúan dirigiendo sus ganancias de capital en las zonas de oportunidad.
Inversionistas interesados
Al momento, el programa ha despertado el interés de dos inversionistas para designar unos $600 millones en proyectos de vivienda y desarrollo económico, de los cuales, $100 millones provienen de empresarios locales.
Maldonado detalló que los primeros fondos que entren en la isla serán destinados a carreteras, proyectos de manufactura, turismo y vivienda, por lo que el secretario de la vivienda, Fernando Gil Enseñat, trabajará mano a mano con el programa.
“Tenemos una oportunidad única de que personas que perdieron sus residencias luego de María y ahora tienen la oportunidad, con este capital, de construir residencias en zonas no inundables y en áreas resistentes a huracanes”, manifestó Gil Enseñat. “Por primera vez, podemos cambiar la estructura completa de Puerto Rico, en términos de urbanismo y zonas residenciales”, pronosticó.
La economista Heidi Calero coincidió con Maldonado sobre lo monumental que sería este programa para fomentar la actividad económica en la isla, pero reiteró que su efectividad dependerá de la planificación, la coordinación y la legislación que se presente a nivel local.
“Puerto Rico tiene un proceso de permisología con serias dificultades y también veo mucho énfasis a proyectos de vivienda y comerciales, cuando el país también necesita inversión en el sector de la agricultura y manufactura”, expresó.
Además, Calero manifestó que, durante los pasados años, el Gobierno no ha podido proveer cifras actualizadas del fisco, y La Junta de Control Fiscal aún no ha establecido los servicios esenciales, “y estos son aspectos clave para que individuos vean la isla como un punto de inversión”.