Hay una gran posibilidad de que tú o alguien que conoces se esté preparando para el gran evento de esta semana: el “Viernes Negro”.
Este día abre paso oficialmente a la temporada de compras navideñas, convirtiéndose en un gran espectáculo que ayuda, en gran parte, a las megatiendas a atraer a los compradores.
Ni la falta de energía eléctrica, tras el huracán María el año pasado, impidió que miles de puertorriqueños abarrotaran los comercios en busca de ofertas en el “Viernes del Madrugador”, como también se le conoce.
Este año, estas ventas determinarán hasta qué punto los consumidores están sintiéndose estimulados por la recuperación.
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¿De dónde viene el nombre “Viernes Negro”?
La celebración del “Viernes Negro” comenzó en Filadelfia, en el año 1950.
Compradores de los suburbios llegaron a la ciudad para los días previo a la celebración de Acción de Gracias, según el neurocientífico Bonnie Taylor-Blake de la Universidad de Carolina del Norte.
La ciudad, por su parte, promovía las grandes ventas y decoraciones en el marco de los juegos de fútbol de la Marina de los Estados Unidos, las cuales se llevaron a cabo un sábado.
Según explicó Taylor-Blake para CNN, se le requería a los policías que trabajaran turnos de 12 horas, de tal forma que nadie podía irse, y las personas abarrotaban las calles y estacionamientos.
Los comericantes comenzaron a usar el término de “Viernes Negro” para describir las largas filas y el caos en las tiendas.
En 1961, surgió la idea de renombrar esta celebración a “Gran Viernes” y así quitarle las connotaciones negativas que llevaba consigo uno de los días de compras más importantes y significativos para los Estados Unidos. Sin embargo, no dio pasó.
Con el tiempo, los comerciantes entendieron que era mejor sobrellevar el nombre e incluso expandieron el evento, que originalmente se llevaba a cabo en un solo día.
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