Por lo menos 133 personas resultaron heridas y 412 fueron detenidas durante disturbios en París que derivaron de protestas por el alto costo de la vida, informó hoy la Policía.
Entre los heridos había 23 policías, informaron voceros oficiales. Añadieron que 378 de los detenidos están en custodia policial.
Una protesta en contra del aumento de los impuestos y el alto costo de la vida degeneró en disturbios en la capital francesa, donde activistas con chalecos amarillos incendiaron vehículos, rompieron ventanas, saquearon comercios y mancharon el Arco de Triunfo con grafiti. La Policía respondió con cañones de agua y gases lacrimógenos, clausurando calles y estaciones del metro.
El presidente Emmanuel Macron convocó a una reunión de emergencia con su primer ministro y su ministro del interior. Macron prometió que los responsables de la violencia serán llevados a justicia. Igualmente, hoy en la mañana el líder francés visitó el Arco de Triunfo y las avenidas cercanas que estaban cubiertas de basura y escombros debido a los desórdenes. El mandatario consultó allí con agentes y bomberos.
A su vez, cuadrillas de aseo urbano estaban borrando el grafiti en el Arco de Triunfo.
Las calles adyacentes al Arco de Triunfo y a los Campos Elíseos y el Jardín Tuileries estaban llenas de escombros y basura, mientras mucho grafiti se percibía en las fachadas de edificios y tiendas.
Los disturbios fueron obra de elementos que “vinieron a saquear, romper ventanas y lastimar a policías”, alegó el vocero oficial Benjamin Griveaux. Cuando se le preguntó en el canal BFM TV cómo fue posible que miles de agentes no pudieron proteger a los edificios, especialmente el Arco de Triunfo, respondió: “Tomamos la decisión de proteger a la gente antes que proteger a edificios”.
Este es el tercer fin de semana consecutivo de protestas por parte de un movimiento cuyos activistas visten chalecos amarillos, y son los peores disturbios en el país desde, por lo menos, el 2005. La protesta contra impuestos en París marcó un agudo contraste con manifestaciones en otras partes de Francia, que en su mayoría fueron pacíficas.
“Es difícil llegar a fin de mes. La gente trabaja y paga un montón en impuestos, y está harta”, dijo Rabah Mendez, uno de los manifestantes que participó en la marcha pacífica.
Los descontentos denuncian que el gobierno de Macron es insensible ante las penurias de la gente común. El movimiento de protestas comenzó el 17 de noviembre cuando dueños de vehículos protestaron por el aumento del precio de la gasolina, pero ahora abarca una amplia gama de quejas populares.
El presidente francés, hablando en la cumbre del G20 en Buenos Aires, dijo que la violencia “no tiene nada que ver con una expresión pacífica de descontento” y que “no hay justificación alguna” para atacar negocios y monumentos.