El palco asignado al primer ejecutivo en el coliseo José Miguel Agrelot quedó impregnado ayer de las sonrisas y la emoción de un grupo de estudiantes de escuelas públicas que fueron elegidos por el Departamento de Educación para disfrutar de la octava —y última— función del espectáculo de Wisin y Yandel.
Desde hace dos años, con la firma de la orden ejecutiva 017, el gobernador Ricardo Rosselló cedió los espacios, palcos y asientos preferenciales que comúnmente eran separados para el incumbente de Fortaleza. De esta forma, son disfrutados por alumnos sobresalientes del sistema público, así como por comunidades que realicen “labores extraordinarias”. La intención, según el propio mandatario, es ofrecer una “oportunidad” que, de otra forma, por su realidad social o económica, muchos no tendrían.
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“Nuestros niños y las comunidades que, a veces, no habían tenido la oportunidad de estar en un espectáculo de esta magnitud, que puedan tener esa experiencia, para mí es gratificante”, sostuvo el ejecutivo en entrevista exclusiva con Metro.
“Tal vez, de aquí o de otro de los palcos salga un gran artista, pero mi expectativa es que salga un buen ciudadano que pueda aportar a la sociedad”, agregó.
Los jóvenes de duodécimo grado, que conformaban un grupo de 60 en total, también tuvieron la oportunidad de conocer a Rosselló y a la secretaria de Educación Julia Keleher. El grupo proveniente de las escuela especializada en Bellas Artes Ernesto Ramos Antonini, de Yauco, y del plantel Luis Muñoz Rivera, de Lajas, también aprovecharon el momento para intercambiar ideas con ambos funcionarios y hasta conversaron sobre su futuro académico.
“La realidad es que esta es mi primera vez, porque mis papás no son mucho de ir a conciertos. Confligía con las actividades de mis padres. Me siento sumamente emocionada y ansiosa. Luego de tanto esfuerzo en la escuela, que nos estén premiando con algo tan grande”, soltó con alegría Kerilis Pérez Luciano, estudiante del plantel yaucano.
Mientras, a su compañero de escuela Esteban Nieves Pintado le llamó la atención que el premio fuese llevarlos a un concierto. “Están premiando a artistas con arte. Si fuéramos una escuela normal, no sería lo mismo. Nos gusta el arte —me pongo sentimental— me parece genial”, opinó.
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Amalís Román, quien también estudia en la Escuela Ernesto Ramos Antonini, esbozó una moraleja tras la experiencia. “Perseverar siempre y luchar por lo que uno quiere te puede premiar de diferentes maneras”, sostuvo.
La secretaria Keleher explicó que, para elegir a los estudiantes, se toman en consideración varios criterios, además de su desempeño académico y en las pruebas de Medición y Evaluación para la Transformación Educativa (META).
“Uno trata de tener una rúbrica que define quiénes serían los que cualificaron sin dejar fuera a la persona que, por las razones que sean, nunca va a tener los cuatro puntos, pero sí tiene liderato, buena asistencia, lo que queremos es conocer y premiar la conducta”, subrayó la funcionaria, quien dijo que en los dos años “muchos” estudiantes se han beneficiado de la iniciativa, aunque al momento no contó con la contabilidad precisa.
Además del Departamento de Educación, la Oficina de Desarrollo Socioeconómico y Comunitario se encarga de poner en marcha la orden ejecutiva. Su director, Jesús Vélez, indicó que, de 168 comunidades del país, han asistido 4,000 participantes a algún evento en el también llamado “Choliseo”.
“Nosotros tenemos muchos líderes comunitarios y la parte más difícil es escogerlos. Pasan tantas cosas. Nosotros escogemos iniciativas que atiendan a los niños o adultos mayores. Han participado 4,000 personas de los palcos y boletos preferenciales. Ves el cambio. Cada vez que tienen una actividad avisan para que vayan a verla. En ese sentido, incentiva a la comunidad”, detalló Vélez.