CARACAS — Sin una definición clara sobre el rumbo que tomará el país, hundido en una profunda crisis económica y social, amanecieron el jueves los venezolanos ante el pulseo de fuerzas que mantiene la oposición y el gobierno.
En tanto, la comunidad internacional se mantenía dividida sobre la postura que asumirá ante la decisión que tomó el jefe de la Asamblea Nacional y líder opositor, Juan Guaidó, que se declaró presidente encargado en abierto desafío a Nicolás Maduro que hace dos semanas inició se segundo sexenio.
Guaidó anunció el jueves en su cuenta de Twitter que recibió una llamada del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez e indicó que el mandatario europeo “me confirmó su total respaldo”.
Sánchez se reunía el jueves con mandatarios latinoamericanos al margen del foro de Davos.
El ministro de Exteriores español Josep Borrell promovía una reunión de cancilleres europeos para analizar la situación en Venezuela y hallar “la mejor manera de apoyar elecciones libres”.
Maduro denunció el miércoles un intento de golpe de Estado y acusó a Estados Unidos, con el que rompió relaciones, de dirigir una operación para imponer un “gobierno títere a sus intereses”.
Mientras las tensiones políticas escalan, el descontento por la profunda crisis social y económica que en la que sumida el país suramericano sigue aflorando en las calles.
Por tercera jornada consecutiva se reportaron violentos disturbios nocturnos y saqueos de comercios en algunas barriadas pobres de la capital venezolana donde manifestantes, algunos armados, se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, según informaron medios locales y organizaciones humanitarias.
Las protestas antigubernamentales ocurridas la víspera en Caracas y algunas ciudades del país dejaron al menos doce muertos, indicó a la AP Marco Ponce, coordinador del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.
Amnistía Internacional manifestó preocupación por el saldo de muertes que han dejado las recientes protestas, y condenó el jueves en un comunicado que la respuesta del gobierno de Maduro ante el reclamo de la población por la grave crisis sea sacar a las calles funcionarios militares y policiales “aplicando su política de represión”.
Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, instó a Maduro y a otros miembros de su gobierno a “frenar la represión” y a garantizar la vida e integridad de quienes manifiestan en su contra.
La decisión de Guaidó generó algunas fisuras en la comunidad internacional, en particular de la Unión Europea, que semanas atrás había expresado su pleno respaldo a la nueva directiva de la Asamblea Nacional _ controlada por la oposición _ y desconoció la reelección de Maduro para su segundo mandato.
Sin pronunciarse sobre la acción de Guaidó, la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, pidió en un comunicado el inicio de un proceso político inmediato que conduzca a elecciones “libres y creíbles”.
Por su parte, Estados Unidos, a través de su secretario de Estado, Mike Pompeo, ratificó el miércoles el respaldo a Guaidó como presidente encargado, y anunció que mantendrá relaciones diplomáticas con Venezuela desconociendo la decisión que tomó Maduro de ruptura de relaciones y el retiro del personal diplomático en 72 horas.
La mayoría de los países latinoamericanos también expresaron su apoyo a Guaidó, con excepción de México, Bolivia y Cuba que mantuvieron el respaldo a Maduro.
Los gobiernos de México y Uruguay emitieron un comunicado conjunto para pedir una solución “pacífica y democrática” ante el complejo panorama que enfrenta Venezuela.
Asimismo, Rusia y Turquía reiteraron el soporte al gobierno de Maduro.
Venezuela enfrenta las tensiones políticas en medio de una compleja situación económica con una hiperinflación de siete dígitos, una fuerte recesión, y severa escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos.