Más de una veintena de renuncias, escándalos que no cesan en contrataciones de gobierno, guerra de bandos por acceso al poder y errores básicos en la gestión pública podrían destruir cualquier candidatura política bajo condiciones normales. En Puerto Rico, donde además de los elementos mencionados han pasado dos huracanes y el gobierno coexiste con una Junta de Control Fiscal, ese no parece ser el caso.
En el umbral del inicio de la carrera política para el 2020, el gobernador Ricardo Rosselló está posicionado para la reelección y las circunstancias políticas del momento apuntan a que sus posibilidades de triunfo son altas.
Una oposición que no logra cuajar su liderato, ni inyectar esperanza de cambios reales, la posibilidad de nuevas alianzas políticas o candidaturas independientes que erosionen la base electoral de los partidos y una apatía creciente de la población a la clase política del país son elementos a considerarse en la ecuación de análisis político.
Además, hay que sumarle la posibilidad de que finalmente llegue a la Isla la inyección millonaria de ayuda federal post desastres y el músculo fiscal y organizacional de quienes ostentan el poder. Por otro lado, lo cierto es que los efectos de las medidas de austeridad apenas comienzan a verse y este año los empleados públicos recibirán un duro golpe al bolsillo con el recorte a la aportación patronal de su plan médico, además de todas las alzas que siguen sumándose a su diario vivir como el agua, el peaje, la matrícula de la universidad y eventualmente la luz. Con todos estos aspectos sobre la mesa, analizamos en el podcast Con los Editores junto a la veterana periodista Yolanda Vélez Arcelay el ambiente preelectoral y le dimos mucho pensamiento a la pregunta ¿Es una línea el triunfo de Ricardo Rosselló?