El grupo Estado Islámico se declaró responsable el sábado de un ataque suicida a un mercado al aire libre en Quetta, en el suroeste de Pakistán, que dejó 20 muertos el día anterior.
La milicia suní, que ha multiplicado sus ataques a la minoría chií paquistaní, dijo en un comunicado publicado en un sitio de internet afiliado que el blanco eran los chiíes y efectivos del ejército.
La policía dijo que un suicida atacó el mercado el viernes, mató a ocho chiíes, un soldado paramilitar y otras personas. Cuatro efectivos paramilitares que custodiaban el mercado estaban entre los 40 heridos.
Imágenes de la televisora local mostraron varias tiendas dañadas y al menos un vehículo paramilitar. Un hombre herido contó a reporteros desde la cama de un hospital que escuchó una fuerte explosión antes de recibir el golpe.
Los insurgentes suníes ya han revindicado actos similares contra chiíes, a quienes consideran apóstatas que merecen morir.
Poco después del ataque, ocurrido cerca de una zona residencial chií, decenas de jóvenes chiíes se manifestaron en Quetta exigiendo más seguridad a las autoridades y la detención de los responsables del atentado.
El líder de la comunidad hazara, Qadir Nayil, pidió al gobierno una mejor protección para los chiíes.
“Una vez más, nuestra gente era el objetivo y, una vez más, tendremos que enterrar a nuestros seres queridos”, manifestó. “Exigimos al gobierno más seguridad y que todos los implicados en el acto terrorista de hoy sean encontrados y castigados”.