Una representación de organizaciones y comunidades de Puerto Rico, organizadas colectivamente bajo el nombre de la Resistencia contra la quema de Carbón y sus Cenizas tóxicas (Resistencia RCC), junto a la diáspora boricua y otras organizaciones de Estados Unidos se manifestaron el jueves frente al edificio de la empresa Applied Energy Systems (AES) en Arlington, Virginia.
En el marco de la asamblea de accionista de esta empresa, los manifestantes denunciaron la alegada crisis humanitaria y de salud que ha creado la empresa en Puerto Rico debido a la contaminación y envenenamiento que produce su planta de carbón establecida en Guayama, desde el 2002.
“Demandamos la suspensión de cualquier negociación de parte del gobierno de Puerto Rico para darle a AES contratos adicionales, la total remoción de la montaña de cenizas tóxicas y de carbón que AES mantiene en su planta en Puerto Rico, que se monitoree y se limpie todas las áreas contaminadas por el depósito de cenizas tóxicas, la remoción de las cenizas enterradas en nuestros suelos, que AES asuma su responsabilidad por el daño a la salud de las personas afectadas por sus operaciones, el cierre inmediato de la planta de carbón con participación ciudadana en ese proceso y que estos asesinos ambientales salgan de nuestro país”, indicaron en declaraciones escritas.
Indicaron que comunidades como Miramar, Puente de Jobos y Santa Ana de Guayama reciben todos los días el impacto del polvo de cenizas y de carbón.
“AES estuvo un año negando que fueran ellos los culpables de envenenar el agua subterránea en el área de sus instalaciones en Guayama, donde mantienen ilegalmente una inmensa montaña de cenizas, desde el 2010. Hace unas semanas, tuvieron que aceptar que sus cenizas son las causantes de dicha contaminación. No pudieron escapar a la realidad y el daño evidente. Debido a esto y por su falta de transparencia al no entregar documentación requerida, fueron multados por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA)”, denunciaron.
Alegaron que en el 2017, AES había sido multada en dos ocasiones y que se negaron a pagar las multas impuestas por el gobierno y aún la montaña de cenizas está al descubierto. Asimismo, alegaron que la compañía fue multada por la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) en el 2012 cuando se descubrió que agua de lluvia arrastraba las cenizas fuera de sus instalaciones hacia los humedales cercanos.
Alegaron que recientemente, un estudio del Environmental Integrity Project, apoyado por la organización Earthjustice de Washington D.C., concluyó que, de las 265 centrales eléctricas de carbón con datos de monitoreo que operan en suelo estadounidense, el 91 por ciento contamina el agua subterránea con niveles peligrosos de contaminantes tóxicos provenientes de las cenizas de carbón, incluido el arsénico, un carcinógeno conocido, y el litio, que se asocia con daño neurológico, entre otros contaminantes. Una de estas plantas es la de AES en Puerto Rico.
Entretanto, alegaron que en estudios que ha realizado la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en el 2016 y 2018, se demostró un aumento en distintas condiciones críticas en la salud de los residentes cercanos a la planta, entre estas, abortos, urticaria, problemas respiratorios y cardiovasculares. De igual forma, aumenta cada día las incidencias y muertes por cáncer.
“Para empeorar la situación, AES desparramó sobre 2 millones de toneladas de cenizas tóxicas en 14 pueblos en Puerto Rico, entre el 2004 y el 2011. Muchos de estos lugares sobre acuíferos, cercanos a ríos y quebradas, los que probablemente puedan estar contaminados. Hoy día, en diversos de estos lugares las cenizas están expuestas y son respiradas por residentes diariamente”, alegaron.
Algunas de las organizaciones que apoyan la actividad son: A Call for Action y el Frente Independentista Boricua de New York, Sierra Club y Earthjustice de Washington D.C., CT Puerto Rican Agenda y la Iglesia Luterana Hope and Annandale de Virginia.