El Partido Socialista ganó el domingo las elecciones generales en España, aunque necesitará pactos para renovar su gobierno, mientras que el otrora dominante Partido Popular perdió más de la mitad de sus diputados ante la irrupción de la extrema derecha en la cámara baja por primera vez en cuatro décadas.
Con el 93% de los votos contados, el partido del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, tenía 122 escaños, muy lejos de los 176 que le darían la mayoría parlamentaria. Para lograrlos podría formar una coalición con el partido antiausteridad Unidas Podemos, que pese a recibir menos apoyo que hace tres años, tendría 42 representantes.
La entrada de Vox en el Parlamento redefinió el reparto de fuerzas en la derecha española. El conservador Partido Popular, que fue el más votado en 2016, sufrió una contundente pérdida de respaldos y pasa a apenas 65 representantes desde los 137 de la última legislatura. Detrás de él, con apenas ocho diputados menos, se sitúa la formación de centroderecha Ciudadanos, que con 57 parlamentarios es otra de las grandes beneficiadas de la jornada electoral.
Vox, que hasta hace unos meses era una formación residual en el panorama político español, entra con fuerza en el Parlamento. La extrema derecha tendrá 24 representantes por primera vez desde la década de 1980.
“Nos va a tocar luchar mucho todavía. Esto es sólo el principio. Podemos decir con toda claridad a toda España que VOX ha venido para quedarse”, declaró el presidente y candidato de la formación, Santiago Abascal, a sus simpatizantes.
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Si los resultados se mantienen, Sánchez necesitará forjar una coalición o pactos puntuales con partidos más pequeños para formar un gobierno estable. En los últimos días de la campaña electoral, Unidas Podemos abrió la puerta a alcanzar un pacto con los socialistas. Esta sería la primera vez en la democracia española que una coalición ostenta el gobierno.
Los españoles acudieron a votar en masa en una soleada y calurosa jornada en la que la participación superó el 75% del electorado, según el Ministerio del Interior, frente al 66,48% de las últimas elecciones generales en junio de 2016.
Estos resultados consolidarían la fragmentación de la política española, que comenzó en las municipales de 2015 con el surgimiento de Ciudadanos y Podemos, que acabaron con décadas de bipartidismo entre el PP y el PSOE.
Sánchez convocó a las elecciones tras ver rechazado su presupuesto en el Congreso de los Diputados ante la oposición conservadora de centroderecha y los separatistas catalanes, que reclaman la independencia de la región nororiental.
Además de los 350 diputados que ocuparán el Congreso de los Diputados, que son los encargados de elegir al nuevo presidente del gobierno, en los comicios se eligieron también los 208 escaños del Senado.
Por primera vez desde la transición democrática de la década de 1970, más de 100.000 personas con minusvalías psíquicas pudieron votar en unas elecciones generales.