WASHINGTON (AP) — Después de una semana de amenazas, el presidente Donald Trump expresó el viernes que ahora “hay una gran probabilidad” de que Estados Unidos llegue a un acuerdo con México para evitar los aranceles que Washington tenía programados aplicar desde el lunes para obligar a su país vecino del sur a frenar el flujo de migrantes centroamericanos por la frontera común.
“Si logramos hacer el trato con México, y hay una buena probabilidad de que lo hagamos, ellos empezarán a comprar productos agrícolas y de granja a niveles muy altos, comenzando inmediatamente”, tuiteó Trump desde el avión presidencial Air Force One mientras volaba a casa desde Europa.
“Si no podemos hacer el trato, México comenzará a pagar los aranceles del 5% el lunes!”, agregó.
El tuit marcó un cambio de tono con respecto al viernes más temprano, cuando su portavoz Sarah Sanders dijo a los reporteros en Irlanda antes de que Trump despegara: “Nuestra posición no ha cambiado. Las tarifas seguirán adelante a partir del lunes”.
“Nuestra posición no ha cambiado. Los aranceles siguen avanzando y entrarán en vigencia el lunes”, afirmó.
Entretanto, negociadores de ambos países reanudaron el viernes, por tercer día consecutivo, sus conversaciones en el Departamento de Estado en Washington.
Durante su viaje a Europa, Trump estuvo al tanto de la información que le envía el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Estado, Mike Pompeo. Sanders dijo que se registraron muchos avances, pero no los suficientes.
El arancel sobre todos los bienes importados desde México, que sería inicialmente de 5% y se elevaría a 25%, tendría consecuencias económicas enormes para los dos países.
Los estadounidenses compraron bienes importados desde México por valor de 378.000 millones de dólares el año pasado, principalmente autos y autopartes. Muchos miembros del Partido Republicano de Trump y empresarios afines le han exhortado a que recapacite, ante los perjuicios que sufrirían los consumidores y fabricantes estadounidenses.
No obstante, Trump ha adoptado los aranceles como herramienta política para someter a los países a su voluntad, en este caso en materia de inmigración.
Funcionarios de la Casa Blanca emitieron mensajes aparentemente divergentes a la espera del regreso de Trump. El asesor económico Kevin Hassett dijo que Trump podría aplazar los aranceles, mientras que Marc Short, el jefe de despacho de Pence, dijo que “falta mucho camino por recorrer”.
“Cuando aterrice el presidente, le informarán sobre la situación y el presidente decidirá los próximos pasos”, dijo Hassett a Fox Business Network. Añadió que ha habido “movimiento positivo” en los últimos días.
En todo caso, Trump parece dispuesto a invocar una declaración de emergencia que le permita poner en vigencia los aranceles, según personas que siguen las conversaciones.
“Se puede anticipar que sucederá hoy”, dijo Short a la prensa. “Si las negociaciones marchan bien (Trump) puede desistir de eso en algún momento el fin de semana”.
Durante la primera ronda de conversaciones del miércoles, el abismo entre los países fue claro.
México ofreció concesiones pequeñas y hasta ahora no reveladas, mientras que Estados Unidos exigió una acción importante. Estados Unidos presionó una vez más a México para que intensificara la aplicación de la ley en su frontera sur y para que firmara un “acuerdo de tercer país seguro”, algo que dificultaría que aquellos que entran a México desde otros países soliciten asilo en Estados Unidos.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador no dijo si aceptaría que su país sea un “tercer país seguro”, pero a diferencia de ocasiones anteriores, no lo descartó el viernes por la mañana durante su conferencia de prensa diaria.
El mandatario mexicano nuevamente expresó su esperanza de que se pudiera llegar a un acuerdo antes del plazo del lunes.